Qualquiera que eche un vistazo al marcador y vea que la UD Logroñés ha ganado 3-1 puede pensar en un partido cómodo para los hombres de Carlos Pouso. Nada más lejos de la realidad. Los blanquirrojos han sufrido, y mucho, para sumar los tres puntos. Dos acciones de Titi en un minuto y un gol en el descuento de Alegre han supuesto cerrar un encuentro en el que la UD Logroñés protagonizó la peor media hora de juego que se le recuerda en Las Gaunas y también los cinco minutos más intensos, con dos goles un una expulsión.
Los riojanos acaban la jornada cuartos, a un punto del Murcia, segundo clasificado y empatados con el Guijuelo. Fantástico. Ahora bien, cualquier equipo que afronta un partido con apatía, sin intensidad, sin actitud y conjeturando sobre qué puede pasar en 90 minutos, perderá el compromiso. Esta tarde ese equipo ha sido la UD Logroñés. Al menos durante cuarenta y cinco minutos. El Zamora marcó un gol gracias a la alfrombra roja que le tendió la UDL a Coque y que Arkaitz finalizó; no era la primera vez que el peligro llegaba por ese carril. Le costó el puesto a Javi Herreros. Pero es que, además, Miguel evitó dos goles en ese periodo. Uno a disparo de Salva y otro a un remate de bocajarro de Rodri. Con esa pasividad no se puede salir al campo ni para entrenarse.
La UD Logroñés cambió tras el paso por vestuarios. Rapidez, intensidad, líneas más cercanas,… otro equipo. Con esas virtudes puedes ganar o perder, pero al menos tendrás la oportunidad de ganar; sin ellas, imposible. Como tampoco puedes ganar si no tienes el cuero. Y si lo tienes hay que administrarlo. No siempre hay que jugar en largo obviando al centro del campo; tampoco en corto. Hay que saber cómo jugar en cada momento. Eso sí, al margen de jugar, este equipo necesita con urgencia dos jugadores: un medio centro creativo (Abaroa no lo es) y un punta con gol. Pese a quien pese. Y cuanto más tarde en fichar, más tiempo perderá. Y si los ficha, ganará un tercer hombre: Julio Rico en el centro de la zaga.
Sin embargo, manda el marcador. Incuestionable. Titi le ha dado el marcador a la UDL. Primero, al rematar un centro de Iker Alegre; segundos después, al aprovechar un balón en largo, pugnar con el central, regatear el portero y marcar a puerta vacía. El mismo Titi que hace siete días se quedó en el banquillo en Astorga. Hoy en día es indiscutible. Las rotaciones están haciendo mucho daño al fútbol.
Pero si en esta categoría es vital la actitud no lo es menos no cometer errores. Y Camochu lo cometió. Expulsión. No hay intención alguna del asturiano de golpear el rostro de Kurbus, pero el árbitro lo vio, lo señaló y lo sancionó. Si Titi proporcionó el minuto más intenso del partido, Camochu abrió la puerta a los 28 minutos más agónicos. Pero el fútbol no se puede escribir. De atrincherarse en torno a Miguel la UDL pasó a marcar el tercero. Los más de 2.000 espectadores que se dieron cita en Las Gaunas corrieron con Joel en busca del balón. Más de 50 metros. Sufrimiento absoluto. Joel tenía el gol en las botas, a portería vacía, mientras los jugadores y el portero del Zamora regresaban. Tan justo llegó Joel al área, tanto se preparó el remate que disparó y la zaga repelió el cuero. Le llegó el rechace, dejó el balón a Iker Alegre y marcó. 3-1. Marcador holgado, victoria merecida, aunque si la actitud no hubiera cambiado, la UD Logroñés estaría hoy en una situación más peligrosa, más cercana al infierno que a la gloria del cielo que le proporcionó Titi. Una vez más.