La UD Logroñés ha ganado (1-0) al Guijuelo en el Municipal de Las Gaunas, escenario donde no vencía desde el pasado 10 de octubre. Y además ha sumado una victoria convincente, ya que si bien sólo ha marcado Pere Milla, los blanquirrojos han ofertado un fútbol que podía haber llevado el marcador a dígitos mucho más abultados y haber enfilado el camino de vestuarios con una goleada en su haber. La imprecisión en el último pase ha impedido vivir un encuentro menos apurado en los últimos minutos, si bien el cuadro salmantino no ha disparado entre los tres palos.
Había interés por ver la respuesta riojana en una semana alterada por la Copa del Rey. Sin embargo, el duelo contra el Sevilla no iba a dejar las secuelas que se derivaron del vivido ante el UCAM Murcia. Además de la victoria, los riojanos han rescatado de su fondo de armario el fútbol que maravilló a la grada en los primeros partidos frente al Compostela y Coruxo. Juego por dentro y por fuera; fútbol de desborde por las bandas, donde Joel Valencia ha completado su mejor compromiso de la temporada. El ecuatoriano ha sido una pesadilla para ek Guijuelo y de hecho en él se originó el único gol, con perfecto servicio a Milla dentro del área que éste no ha desaprovechado en el mano a mano con Kike Royo. Es la diferencia: soltar el balón en el momento adecuado. Ni antes ni después. Milla ha sido otro de los nombres propios del partido. Más movilidad, más participación y mayor presencia. El equipo lo nota y lo agradece. No obstante, ha sido un encuentro coral por parte de la UDL. Sin concesiones en la defensa, donde se ha incustrado Jacobo Trigo, serio en el centro del campo y creativo en la línea de tres cuartos, con Muneta recuperado y Titi en el nivel que acostumbra. El asturiano ha tenido también sus oportunidades, pero Kike Royo ha respondido magníficamente cuando ha sido necesario.
Y es que la UDL ofreció una versión ambiciosa desde el inicio con una presión que nacía prácticamente en el área rival, actitud que sumada al empeño salmantino por salir con el balón jugado ha provocado innumerables robos y oportunidades de ataque, pero el último pase, el que marca diferencias, ha aparecido con la calidad que demanda el gol. Esa ha sido la clave para que el Guijuelo haya perdido por la mínima.
Con la victoria, los riojanos se sitúan segundos después de que la Cultural haya empatado en Estella (0-0), pero más allá del resultado (que es quien manda), el equipo que entrena Carlos Pouso ha recuperado esas buenas sensaciones que le llevaron a ser un rodillo en Las Gaunas en las primeras semanas. Orden, rocosidad defensiva, velocidad y desborde por los carriles y alternancia en el juego largo y corto y en la búsqueda del gol por fuera y por dentro. Abanico que ha desarbolado al Guijuelo y que ha provocado enormes huecos en su sistema defensivo, a la espalda de sus centrales, que han pasado por un auténtico calvario durante los noventa minutos. La UD Logroñés ha ercuperado la mejor versión de su fútbol.