Si alguien entiende este deporte llamado fútbol, que me lo explique. Lo digo porque la jornada de este 27 de febrero no la hubiera ideado ni el mayor de los forofos de la UD Logroñés. Si el viernes alguien es capaz de atreverse a decir que el Alavés iba a perder en casa o que el Mirandés caería en La Muela o que el Zamora saldría de puestos de descenso gracias a un triunfo sobre el Real Unión, por citar algunos marcadores, se le hubiera tratado de loco, de fanático blanquirrojo. Y para que la profecía hubiera tomado tintes de herejía se hubiera afirmado que la UD Logroñés superaría a la Cultural en el Reino de León.
Pero esto es fútbol. Me gusta el discurso de Nacho Martín porque habla y se le entiende. Cuando se juega bien, lo dice; cuando se juega mal, también. Tiene mano derecha, y también izquierda, pero sobre todo deja algo necesario en un grupo: su dote de mando. Y manda. Aunque a alguno no le guste.
Antes de irse hasta León destacó la dinámica en la que ha entrado la Liga. Los de arriba quieren ganar para garantizarse la fase de ascenso; los de abajo, para no sufrir hasta el último minuto; y los de la zona media, para saber que siguen en la categoría y poder pensar en algo más. Todos tienen un aliciente y esa motivación propicia que el Guijuelo gane en Las Gaunas y siete días después supere a la Gimnástica. Y así es.
Pero hay más. La UD Logroñés no mereció vencer ayer. Pero es que la Cultural tampoco. Incluso el empate hubiera sido justo, porque sí es cierto que los riojano hicieron algo más que sus oponentes. Pero a Martín no le gustó. Acabó preguntándose cómo es posible jugar tan mal contra un equipo de diez elementos. Pero así fue. Actitud, la justa; de correr, ni hablamos; de tener el balón, para qué, si el rival es un alma en pena. Para olvidar.
Pero todo esto poco importa si se mira la tabla. En el día más tonto, en el inesperado, en aquel en el que no se piensa en la fase de ascenso, el fútbol da una alegría inesperada. Fútbol en estado puro, aunque la UDL ganará pocos partidos más si juega tan mal como ayer… Ahora bien, también ha jugado bien y ha perdido. Fútbol.