Existían y existen dudas acerca de la UD Logroñés, pero desde ayer algunas se han despejado. Desde octubre no ganaba el equipo blanquirrojo lejos del Municipal. Concretamente, desde el día 16, cuando sorprendió en Torrelavega haciendo una manita a la entonces intratatable Gimnástica. Ha pasado mucho tiempo, pero sin duda alguna este éxito en Lemona puede significar el paso definitivo que necesitaba dar este equipo para salir de la zona baja.
Decía Iván Agustín, riojano y capitán del Mirandés, que la UDL acabará entre los diez primeros clasificados. Apuesta arriesgada a tenor de los resultados. Lo afirmó hace siete días. Para quien mire la tabla las diferencias no son muy apreciables. Los riojanos siguen donde estaban, pero con otras cifras. Fue una jornada casi redonda, ya que perdieron Real B,_Segoviana y Palencia, mientras que Arandina empató y el Salamanca venció por la mínima.
Sin embargo, anímicamente la victoria en Lemona sí que tiene mayor relevancia. Supone una liberación para jugadores y técnicos. Un convencimiento profundo y sentido porque además de ganar se suma la tercera semana sin encajar un gol, dato también muy importante. Pepe Calvo se la había jugado esta semana al dejar fuera a Raúl Torres y dar continuidad a la línea de cuatro de los últimos compromisos. Apostó y venció. Por otro lado, el técnico recuperará en los próximos días a Rui, una vez que Guinea ha dicho adiós a la Copa de África.
El triunfo en tierras vascas, aunque algunos le busquen otra lectura porque fue desde el punto de penalti (Cervero apareció de nuevo) supone también encarar el futuro con otro ánimo. Llega el Burgos a Las Gaunas, pero luego serán Salamanca, Ponferradina y Mirándés los coprotagonistas. Con la mente de los riojanos mucho más fresca esos compromisos cobran otra dimensión bien diferente. De momento, Burgos. Luego, el resto. Eso sí, Pepe Calvo y sus jugadores ya no tiene la misma presión que antes del encuentro de ayer, pero sí parecida. No hay  tiempo para relajarse. No se ha logrado nada.