Liga y AFE rompen la negociación para alcanzar un acuerdo que no paralice la Liga. no es nada nuevo. Ya se aplazó la primera jornada de la competición. Derechos de imagen, pagos, subvenciones, etc., son algunos de los puntos de discrepancia. Primera y Segunda División. ¿Y Segunda B? Buena pregunta.
Pensaba yo que Luis Rubiales, presidente de la AFE, iba a dar otro aire al sindicato después de años de movillismo, pero rápidamente ha tenido clara que la pelea es con los grandes, es decir con cuarenta clubes. De José Luis Astiazarán se puede esperar todo. Ahí está su paso por la Real Sociedad. Todo dicho.
La negociación se rompe y se amenaza con huelga porque la AFE quiere todos los derechos de imagen, porque pide que se pague en mensualidades y en dos plazos y porque tampoco hay acuerdo con el dinero que puede llegar al sindicato desde la Liga. Eso es lo que leo en Logroño. Igual en Madrid se puede saber algo más.
Lo que queda claro una vez más es que Segunda B no pinta nada. 80 equipos y más de 1500 jugadores. Muchos de ellos no cobran, ni en dos plazos ni en mensualidades. Simplemente no cobran. Y me gustaba esa idea de que si el club acumulaba tres mensualidades sin pagar el jugador se podía ir con la carta de libertad bajo el brazo. Pero nada. Y tampoco era una medida para la categoría de bronce.
Segunda B da cobijo a gestores que desconocen qué es gestionar, que acaban llorando a las instituciones públicas para que les cuadren presupuestos porque su idea económica siempre incluye dinero público. Y los políticos siempre caminan a favor de viento. No se puede generalizar ni en uno ni en otro caso pero es una realidad.
El problema es que esta gente que ha acabado en el fútbol se ve reforzada además por quienes deberían apartarles de este deporte. Segunda B es una competición desvirtuada, fraudulenta, donde el dinero es virtual, de papel y boli, pero no de tocar o de poder pagar con él la barra de pan. Pero no pasa nada. Y si a los jugadores, que dicho sea de paso se tiene que ajustar a los nuevos tiempos económicos y se están ajustando, ya no les queda ni el sindicato… Mal futuro. Si yo fuera futbolista de Segunda B me pensaría seriamente el apoyo a la AFE. Pero esta categoría mentirosa no enciende focos, no da grandes titulares, no otorga popularidad y mucho menos genera ingresos para que se subvencione a la AFE. Tanto la categoría como sus protagonistas caminan hacia la ruina. No importa. Siempre nos quedará el palco de España campeona de Europa y del Mundo.
Y todo ello en un día en el que también leo que los administradores judiciales del Racing de Santander advierten del serio peligro que corre la entidad de descender a Segunda. Tampoco pasa nada. Ya acabarán en el Juzgado. Y tampoco pasará nada.