Con 44 puntos y nueve de ventaja sobre el descenso y seis sobre la fase de permanencia, la UD Logroñés puede y debe pensar ya en la próxima campaña. Restan seis partidos que servirán para dictaminar si el equipo riojano juega o no la Copa del Rey, pero poco más. Se trata de ganar tiempo al tiempo, pero sobre todo de pensar detenidamente qué se pretende hacer a partir del 1 de julio.
Los pasos son sencillos, pero hay que darlos. En primer lugar, Félix Revuelta debe pensar en la economía, aunque ya hace tiempo que esbozo que el presupuesto dependerá del apoyo social. No con estas palabras, pero similares. La entidad está inmersa en conversaciones con la SD Logroñés, pero más allá de estos contactos tiene que trabajar como si no existieran.
Con un presupuesto fijado se trata de hablar deportivamente. ¿Sigue José Ignacio Sáenz al frente de la dirección deportiva? ¿Es Pepe Calvo el candidato ideal para el banquillo? ¿Cuál es el futuro de una plantilla en la que todos sus jugadores acaban contrato el 30 de junio salvo Alejandro Suárez? Preguntas obvias. Lo que se desconoce es la respuesta a cada una de ellas.
Es indudable que hay jugadores apetecibles en esta plantilla. Y también que cualquier club necesita continuidad en sus nombres para lograr algo destacable. Pero también es verdad que hay que acudir al euro. La moneda define todo. Absolutamente todo. Guste o no guste, es el fútbol actual.
Futbolistas como Castilla, De Paula, Moustaphá, Durán, Cervero o Dañobeitia, por citar a algunos de ellos, interesan para la próxima campaña. El temor reside es las ofertas externas, en saber que llegarán otros clubes que reconocerán los méritos de ellos a pesar de que el resultado final del equipo se acerque más al fracaso que al éxito. Ahí es donde debe negociar la entidad, que se ha ganado fama de pagadora puntual. Un lujo para el fútbol de hoy en día.
Ahora bien, el futuro no pasa únicamente por el primer equipo, aunque es verdad que los resultados engrandecen o hunden a toda una estructura. Bueno será ir pensando en qué se quiere hacer  para evitar sorpresas.