Adiós. El sueño murió en Amorebieta. Y además, de forma cruel, porque la UD Logroñés peleó hasta el ultimó instante por la victoria. Sin embargo, el 1-1 deja al equipo logroñés fuera de la pelea por el ascenso. La tienen segura Mirandés, Ponferradina y Eibar. Y en duda Amorebieta y Alavés. Se jugarán una plaza. Separados por tres puntos, el Alavés necesita ganar y que el Amorebieta pierda. El goal average general es favorable a los vitorianos (el particular esta empatado). Para cerrar el círculo tuvo que ser un riojano, Eduardo Ubis, el que marcase el gol vasco, el que rompía el partido en los primeros minutos de la segunda mitad. Pero el fútbol no entiende de orígenes y Ubis defiende al Amorebieta, y con acierto.
Había muchas esperanzas puestas en este partido. La UDL había ganado ocho de los nueve partidos, pero el Amorebieta sólo habia perdido uno y cedido cuatro en sus partidos en Urritxe. era un duelo de transatlánticos, pues la manguera convirtió en mar lo que era un verde prado sobre el que no había llovido. Cada cual juega sus bazas en busca de un mayor beneficio.
Lo cierto es que a los riojanos les costó hacer frente al juego de choque local sobre un terreno ancho, pero corto, en el que un despeje lanza un contragolpe y un balón largo desde la medular significa una ocasión de gol. Aun así, los hombres de Pepe Calvo dieron la cara. Respondieron al gol de Ubis con un asedió al portal de Etxebarrieta, pero sin claras ocasiones de gol. No hubo fluidez en el juego riojano, pero era algo con lo que se contaba. La clave estaba en las segundas ocasiones, aunque no se generaron. Aun así, Alejandro trasladó la alegría a la afición riojana a falta de 16 minutos para el final del compromiso. Su gol empataba el duelo, pero no era suficiente. Victoria o muerte. La segunda. Balones y balones desde la esquina, Castilla buscando el remate… no fue posible.
Ahora, la UDL deberá pensar en la próxima campaña. Dos años a las puertas de la pelea por el ascenso debido a malos inicios de campaña o, también, de primeras vueltas. La UDL ha sido grande en la segunda vuelta, pero pequeño en la primera. Dejó los deberes para el último instante, solventó con categoría muchos exámenes, pero eran demasiados como para no cometer un error. Toca pensar en el futuro. El pasado ya es historia y no se puede sino lamentar. Cambiar, no.