Se estrenó Raúl LLona en el banquillo de Las Gaunas y ya tiene claro cual es el gran mal que azota a la UD Logroñés, aunque ya lo había detectado desde la grada,  cuando era un espectador: el gol. La UDL firmó su enésimo empate a cero y superó los 450 minutos sin marcar. No lo ha hecho en los últimos cinco partidos, que ha saldado con cuatro empates y una derrota (Alavés). Suma 40 puntos y da un paso más hacia a permanencia, pero va a sufrir hasta el último minuto.

Jugó con mayor vocación ofensiva, buscó más las bandas, tuvo más ritmo, ofreció más presión, toco con más continuidad, aportó mayor actitud, pero no marcó. Y en el fútbol mandan los goles. Llona sorprendió con su formación, en la que no estaban habituales como Mario Barco, Ubis o Barrón y ofreció la  banda izquierda con Víctor e Iñaki en busca de mayor velocida y profundidad; por la derecha dio minutos a Quero, más activo; y en punta apostó por la alternativa de Garban, por delante de Sergio Domínguez. Los cambios trajeron otro fútbol, pero no el premio.

Si fuera a los puntos, la UD Logroñés mereció el triunfo ante un rival que se posicionó bien, pero no atacó. Con su ubicación sobre el césped y los problemas para generar fútbol de los locales fue suficiente para anular a la UDL, que sí creó ocasiones claras. Garban ya sabe que cuando estás en boca de gol debes tener hambre y no esperar a que el balón llegue a los pies. Se ataca. Una jugada tan espectacular como la que se marcó Iñaki merecía el gol, pero el delantero se durmió y le pegó mal. Y Mario Barco, que saltó en el segundo tiempo, ha aprendido que la precisión es vital cuando las ocasiones son escasas. Dos remates de cabeza, el primero más forzado que el segundo, pero ambos al centro de la portería. Balón para el portero. Los más optimistas se quedan con la creación de ocasiones; los pesimistas siguen viendo falta de gol. Ambos tienen razón, aunque romper una mentalidad no es sencillo a pesar de que  Llona se deje la voz.

El técnico se comportó como hasta hace cuatro días en el banquillo de La Isla. Metido en el partido, dando órdenes y corrigiendo constantemente. Y muy arropado desde la grada por su pasado, presente y futuro verde. El futbolista necesita de la voz para concentrarse; muchos se evaden cuando no llega vida desde la banda. El partido ya es historia. La UD Logroñés ofreció un giro a su fútbol más reciente, aunque no llegó a completarlo por culpa de la dictadura del gol. Y ahora se necesitan goles y ganar encuentros. Puntos. Jugar bien a fútbol es la asignatura pendiente para el próximo curso, aunque no para la UD Logroñés, sino para la mayoría de equipos de esta categoría y superiores.