Cinco partidos o 450 minutos sin marcar un gol es mucho, demasiado para lograr cualquier objetivo. El último gol lo logró Moustaphá Gning en Estella en el minuto 90 de partido. Perdió la UD Logroñés por 2-1 frente al Izarra. Veintitrés goles suman los blanquirrojos en los 32 partidos disputados, es decir a un promedio de 0.71 goles por partido. Hoy jueves, la Junta Directiva de la UD Logroñés se reúne para analizar la temporada actual, tanto en lo deportivo como en lo económico, y seguramente para hablar del próximo ejercicio. Aun antes de esa reunión ya se puede adelantar que la campaña será deficitaría en todos sus aspectos, el social incluido.
Por estas fechas, incluso algunas antes, la pasada campaña ya se pensaba en la renovación de algunos jugadores, aunque la situación en la tabla no era la mejor, pero sí de ascenso progresivo de la mano de Pepe Calvo. Por aquellas fechas ya se pensaba en la renovación de la columna vertebral del equipo, pero éste es un club que camina con lentitud. Por aquellas fechas ya se dejaba claro que futbolistas como De Paula, Manu García, Rubén Durán o Cervero eran fundamentales en el cuarto proyecto junto a otros como Jano, Sergio Rodríguez y alguno más. El club tomó otro giro y además meses más tarde. Austeridad económica. La propiedad manda y marca la línea política. En una SAD hay menos alegría para gastar porque no se utilizar dinero ajeno. Y el giro se ha traducido en un fiasco porque esos 500.000 euros que cuesta esta plantilla (ampliables a algo más de 800.000 por objetivos) no da para un equipo que pelee en la zona alta en un año idóneo para ello por el nivel mostrado por el grupo II. Y además, la UD Logroñés compite en una desigualdad económica notable respecto a otros clubes por su pulcritud económica. Un jugador tiene un mayor coste en el equipo riojano que en otros conjuntos que con la misma inversión pueden optar a futbolistas de más calidad.
La realidad es la que muestra la tabla. El gol se ha convertido en una obsesión. Manejando datos se encuentra que esos 23 goles blanquirrojos los suma prácticamente Diego Cervero en el Oviedo esta temporada. Acumula 18 en la Liga. El mismo Cervero que promedio algo más de 16 goles en Liga en sus tres temporadas. El mismo jugador al que se le colgó el cartel de ‘jugador’ caro y en el que el club tenía a un futbolista, un hombre comprometido con el club y un médico, que también hacía las funciones si era necesario en un primer momento. Caro ha sido Juanjo, de mayor coste económico y de muchísimo peor rendimiento. Pero es que esos cuatro jugadores que formaban el eje de la entidad (Durán el que menos por cuestiones personales) sumaron el pasado año 42 goles en Liga: Cervero, 20; De Paula, 11; Manu García, 7; Rubén Durán, 4 goles. ¿Futbolistas caros? No se logró el objetivo, pero se compitió hasta el último suspiro por el sueño y esa ilusión logro retener a una afición que este año no usa su carnet para acudir a Las Gaunas . La asistencia ha bajado considerablemente y deja la sensación de que el efecto ilusionante se difumina.
Por números. Mario Barco es el máximo goleador con 6 tantos; otro delantero sacrificado a la banda durante muchos partidos como Eduardo Ubis alcanza los tres; Barrón y Sergio Rodríguez llegan a los cuatro. Lógicamente, no son los únicos culpables del déficit goleador blanquirrojo. Lo es el equipo. El dinero no garantiza resultados, pero ayuda a conseguirlos. En esa reunión de este jueves lo primero es decidir qué se quiere hacer con el club, cuál es el camino que se tomará. Hasta la fecha se ha pasado por las praderas futbolísticas sabiendo de dónde se salía, pero no dónde esta la meta, la real, y si el viaje era a los mandos del Ferrari de Alonso, de un utilitario, a lomos de un burro o a pie.
MAÑANA VIERNES, ENTREVISTA A FÉLIX REVUELTA EN DIARIO LA RIOJA