Hay días en los que es imposible justificar una derrota por lo mucho que hay en juego. La Sociedad Deportiva Logroñés lo entiende, gana al Caudal de Mieres, metido en descenso, y se marcha hasta los nueve puntos, por tres de los asturianos. La UD Logroñés no distingue. Esta tarde ha jugado en tierras cántabras y ha perdido frente al Tropezón, último clásificado hasta esta jornada. Los blanquirrojos, con 7 puntos, se asoman al abismo del descenso en vísperas de visitar al Caudal de Mieres, el próximo fin de semana.
Dos goles de Rafa en apenas seis minutos y antes de que se cumpliera el minuto 20 de partido dieron al traste con las ilusiones del equipo que entrena Raúl Llona. Un disparo desde fuera del área y un remate casi a placer tras un centro desde la línea de fondo pusuieron de manifiestoa la pelea que los logroñeses tienen con el gol. Han sido incapaces de marcar y reaccioner con setenta minutos por delante. Llona colocó a Herreros en el lateral izquierdo y repitió prácticamente el equipo que empató ante el Noja en Las Gaunas. Sin embargo, al equipo le falta gol. Tiene llegada y de hecho Goñi ha protagonizado varios remates, pero sin suerte en ninguno de ellos. Los blanquirrojos carecen de una clara referencia en punta de ataque que hasta el momento han sido incapaces de desempeñar Iñigo Rodríguez y Julen Iriarte, dos delanteros fichados.
La realidad es que la UD Logroñés suma 7 goles en 7 partidos y ha encajado 13, aunque cinco de ellos hayan sido frente al Burgos. Cifras que explican por qué comienza a moverse en los últimos puestos de la tabla y por qué el cuarto clasificado, el Racing de Santander, le duplica ya en puntos. Empiezan a mostrarse las diferencias.