Con los últimos, espectaculares y carísimos fichajes de futbolistas, realizados por el Real Madrid, ha surgido una especie de polémica nacional sobre la conveniencia y la ética de realizar dichas compras, en una época de crisis como la que estamos viviendo. Ha opinado del asunto hasta alguien del Vaticano, pero es cierto que la polémica ha sido avivada, sobre todo, por personajes próximos al F. C. Barcelona: su presidente Laporta, algunos políticos catalanes e, incluso, el presidente Zapatero, de quien es conocida su filia blaugrana; esto suena a pataleta azulgrana, por perder protagonismo en el complejo mundo del fútbol, más cuando están dispuestos a hacer lo mismo que criticaban –según comenta hoy la prensa deportiva, parece que el Barcelona ofrece 90 millones de euros por el jugador Ibrahimovich-. Es cierto, sin embargo, que la cuestión se presta a consideraciones.

Llama la atención que, en estos momentos en que la Banca no presta dinero a casi nadie, no tenga inconveniente en hacer un préstamo de cien o ciento cincuenta millones de euros al Real Madrid. Esto sólo admite una lectura, conociendo a los bancos: piensan ganar dinero y confían plenamente en el proyecto económico de Florentino Pérez en el Real Madrid, pues si tuvieran la más mínima duda no lo prestarían.

Se echa en cara al Madrid esa ostentación de riqueza, en unos momentos en que muchos han de apretarse el cinturón; la respuesta es obvia y evangélica: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, o, dicho de otra manera, que, quienes han de vigilar la buena marcha de la economía, lo hagan y dejen en paz a la empresa privada con sus asuntos, pues me temo, aunque en algunas cosas ya me gustaría, que no quieren un Estado intervencionista, que controle la actividad privada.

El pueblo siempre ha necesitado ídolos, con los que identificarse y a los que admirar, y también diversión. ¿Por qué no adopta como ídolos a los grandes políticos o financieros del país? Supongo que porque no los admira. ¿Y a sus grandes hombres de ciencia o de letras? Quizá no le parecen suficientemente grandes, o quizá sí, pero esto daría para otro artículo. El hecho es que las personas que atraen la admiración del pueblo son esos dioses del fútbol: Kaká, Cristiano Ronaldo, Raúl, Casillas…Mesi, y son estos jugadores quienes crean ilusión en una sociedad necesitada de alegrías; y conseguir a quien produce alegría siempre es positivo, aunque parezca que resulta caro. Caros nos salen los bancos, la duplicidad de administraciones y cargos públicos, derivados de las autonomías, los palos de ciego, a base de millones, para superar la crisis…; eso nos sale a todos por un riñón, pero el fútbol cuesta 11,95 euros en televisión, a quien lo quiera pagar. En el bar sale más barato y tiene mejor ambiente.

“ALONSO CHÁVARRI”