Recuerdo que, en mis tiempos de internado, en Logroño –entonces, si no vivías en la capital, la única manera de estudiar bachillerato era pagando un internado-, los religiosos, que nos pupilaban, solían decir: “La diplomacia vaticana es la mejor diplomacia del mundo”. Si uno echa la vista atrás, ha de convenir que, en cierto modo, […]