Reconozco que me daba miedo. Cuando era niño, la representación de la justicia, con espada, balanza y los ojos vendados, me daba miedo. Aquella mujer que pesaba los delitos, espada en mano, me imponía, pero, sobre todo, era su ceguera solemne la causante de mi temor. Cuando me explicaron que esa ceguera indicaba la imparcialidad […]