Las noticias de los medios son una fuente inagotable de sensaciones, aun las más estúpidas, pues como dijo Steele: “Debo advertir que cuando alguna cosa de este periódico parezca estúpida, será estupidez con mucha miga”. Y son muy variadas. Hay noticias sorprendentes, sin tener que llegar al hombre que muerde al perro, como son algunas de las jubilaciones que se preparan los banqueros –en este caso banquera- después de la difícil empresa de arruinar a su ídem; hay noticias importantes, que no dejan de serlo por más que sean esperadas, como el cese definitivo de la violencia de ETA, importancia que ni siquiera arruina la puesta en escena de la banda: anticuadas capuchas que rememoran a un Ku Klux Clan con boina; hay noticias tristes, casi la mayoría, como el desastre de la isla del Hierro y muchas otras que todos vemos, escuchamos o leemos a diario, en lo que parece una enumeración de calamidades; hay noticias en las que la risa va por barrios, y no me refiero a las deportivas, ya sabemos que, en deportes, la alegría de unos es la tristeza de los demás, sino a otras, como el anuncio de los corredores europeos de transporte, en el que La Rioja vuelve a quedarse fuera de todos los planes ferroviarios y similares, con el agravante de que ni siquiera aparece como comunidad perjudicada, eso corresponde a otras, a quienes ha tocado poco, como Aragón, pero no a La Rioja, porque ya se sabía que nunca le toca nada de esas altas velocidades que dicen son tan importantes, pero que a mí me parecen un lujo asiático en época de crisis y que sólo utilizan los más pudientes; y luego están esas otras noticias ridículas, que parecen dadas por el reporter Tribulete –aquel personaje de TBO, que hacía gala de su incapacidad y nos alegraba la infancia con Carpanta, las hermanas Gilda o Mortadelo y Filemón- como que Standard and Poor´s, la conocida y dudosa, como todas, agencia de calificación, ha rebajado la nota de la deuda de la República Española. ¡Toma ya! Standard and Poor´s, sin darse importancia, cambia el Reino de España por la República, supongo que será la Tercera República, aunque, eso sí, con una deuda que lleva camino de convertirse en bono-basura. Y luego quiere que nos fiemos de sus calificaciones. ¡Cómo van a ser fiables sus estudios económicos y de mercados financieros, si no sabe si el país es monarquía o república!
Ya digo, hay noticias para todos los gustos, aunque algo de razón llevaba Terencio cuando dijo: “No es posible ya decir cosa que no haya sido dicha anteriormente”, pero yo siempre espero con ilusión la noticia del hombre que muerde al perro. Será por ese refrán que dice: “Tarde o temprano no hay animal que no se parezca al amo”. O amo que no se parezca al perro.
“ALONSO CHÁVARRI”