Se está instalando en la opinión pública la idea de que los franceses nos miran mal y, como decía la canción, “salvo los ciegos, es natural”. Es natural arrastrar cierta mirada torcida entre vecinos, si tenemos en cuenta las luchas imperiales entre nuestro emperador Carlos y el rey francés Francisco I o, más recientes, los sucesos napoleónicos de la guerra de la Independencia, pero nada que sea más que rastros históricos, residuos que permanecen en los libros de texto. Estas pequeñas rencillas, o no tanto, siempre han dejado un poso cómico, que ha llevado a llamar aquí, “el mal francés” a cierta enfermedad venérea, de complicada cura en su momento, mientras allí la llamaban “el mal español”. Igualmente, en algún pasaje de la literatura francesa, hinchaba el pecho el personaje, diciendo cómo los militares franceses solían ganar a los españoles, en tanto que en el esperpento “Los cuernos de Don Friolera”, de nuestro gran don Ramón de las barbas de chivo, en la escena de los tres tenientes, uno de ellos se inflaba al decir “los españoles siempre les hemos zurrados a los gabachos”. Cosas de vecinos.
Ahora, los franceses parecen haberla tomado con nuestros deportistas. Después de que varios ex-deportistas de élite franceses hayan insinuado que los españoles se dopan, le toca el turno a los guiñoles, ese programa del canal plus francés en el que han hecho una parodia de Nadal, cargado de “gasolina extra”, y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, o sea que el TAS (Tribunal Superior de Arbitraje) castiga a Contador, a pesar de declararlo inocente de dopaje, arremeten contra el ciclista. Es curioso el caso Contador: el TAS dice que es culpable de no evitar una contaminación alimentaria, que creen causada por un suplemento alimenticio, pero no admiten que sea la carne la causante, como dice el ciclista, por la “evidencia” de que en la Unión Europea, y por lo tanto en España, no se puede vender ganado engordado fraudulentamente con clembuterol; como si la ley no pudiera llevar aparejada la trampa, o no pudieran existir delincuentes en la ganadería. ¡Qué cosas!
El deporte español siempre había estado en un plano inferior al francés y, en estos últimos años, los franceses no ganan ni al futbol ni al balonmano… ni a las canicas. Y, sobre todo, Contador les gana su Tour y Nadal su Roland Garrós; más de lo que el chauvinismo de alguno de nuestros vecinos puede soportar. Así que hay que buscar un gato encerrado que contrarreste el “Soy español, ¿a qué quieres que te gane?”
Como dice un refrán riojano: “No eches mucha paja al burrito, que está nevando menudito”. Si la envidia fuera tiña…
“ALONSO CHÁVARRI”