En nuestro país, no sé si con razón o sin ella, siempre hemos tenido fama de ser un poco “chapucerillos”; el engaño en el trato, en tiempos pasados, formaba parte de la tradición del trauquinto -el gitano que quería vender a mi abuelo una mula ciega diciéndole “tuerta no es, ciega ya […]