Rajoy había cogido unas tijeritas de manicura, para recortar con mimo y cuidado, pero en esa Europa de estrictas gobernantas se las han cambiado por unas tijeras de podar, tarea en la que no parece muy ducho nuestro presidente, pues se está llevando demasiados pulgares por delante. Además, son unas tijeras melladas que necesitan un afilador –de aquellos que llegaban a los pueblos con su extraña bicicleta con andamio y con su chiflo de escalerilla, que hacían sonar antes de proclamar: “EL afilador…Se afilan cuchillos, navajas, tijeraaaaaas…”-. Y es que unas tijeras sin afilar, y más si son de podar, hay veces que cortan mucho y otras veces que no cortan nada; eso es lo que le pasa a Rajoy, que da el tajo con la tijera y puede que recorte demasiado o que no llegue a cortar.
Cuando dio el recorte a los funcionarios, le salió un tajo impecable y los dejó sin paga de Navidad –mi amigo Sixto, que es funcionario, se queja de que les tratan como a delincuentes, pero yo le digo que no, que es simplemente un problema de afilador-, sin embargo, cuando dio el recorte a las subvenciones a partidos políticos, sindicatos y demás, le salió un tajito de nada que ni siquiera ha hecho sangre. Lo mismo le ha pasado al recortar el I.V.A., ese impuesto que pagamos todos, que la tijera cortó bien y casi se lleva el tronco del país por delante, mientras que, cuando quiso recortar el número de políticos, cogió melladura y sólo esbozó un corte de concejales, que no se sabe cuando se llevará a cabo, pero no pudo cortar al Senado ni a los diputados ni a las Diputaciones ni…; eso es por la tijera mellada, que necesita un buen afilador. Y, lo que son las cosas, cuando quiso recortar lo que cobran los parados, el corte le salió limpio y va a mandar a muchos, unos meses antes, a los comedores sociales, pero, cuando quiso recortar a las autonomías, la tijera se quedó sin corte y ya no va a poder cortar, aunque venga un buen afilador, así que seguirán con sus múltiples y deficitarias televisiones autonómicas, con sus embajadas, con sus asesores de vaya usted a saber qué, con sus….
Las tijeras de podar son así, y más si están sin afilar, unas veces cortan demasiado y otras no cortan nada. Mi amigo Sixto, que es muy cabezón, además de funcionario, dice que está harto de que Rajoy recorte a los de siempre, que con las grandes fortunas no se atreve y que da amnistía fiscal a los que defraudaron, pero yo le digo que no se empecine, que no es eso, que es porque tiene las tijeras sin afilar, que lo que hay que hacer es regalarle unas tijeras nuevas y que devuelva a sus jefes europeos las de podar. Antes de que, sin querer, nos corte alguna mano. A los de siempre, que no llevamos zoqueta.
“ALONSO CHÁVARRI”