Regresamos en la ensalada tras el verano con el curso político y con el nuevo PP de Mariano Rajoy tras la atrevida amortización que Curri Valenzuela aventuraba para los presidentes ‘decanos’, entre ellos Pedro Sanz. Vamos ahora con el PSOE y con la ‘guerra de la Rosa’. César Luena sigue trabajando en Madrid, pero, a diferencia de hace cuatro años, también en La Rioja con continuas reuniones sectoriales para dar a conocer su proyecto (universidad, vino, empresarios, sindicatos…), así como su previsible futura candidatura a la Presidencia de La Rioja.
Mientras, Inmaculada Ortega, pasados ya los 100 días de su elección, parchea su proyecto local de Logroño tratando de cerrar las continuas vías de agua. Pero Luena sigue ganando terreno hasta formar parte de la comisión federal de listas (la que aprueba todas), con lo que la pretensión de la secretaria general de la asamblea logroñesa de presentar sus candidatos a las futuras municipales es cada día más difícil.
El resquemor, casi odio, entre Ortega y el grueso del equipo de concejales de la capital es evidente y la secretaria general del Comité Local de Logroño, que aspiraba en su momento a abordar el ‘aparato’ y el cambio desde el apoyo mayoritario obtenido en la asamblea, no encuentra su sitio.
La tensión alcanzó un nuevo punto álgido en la asamblea de septiembre, cuando varios concejales dieron su versión de lo ocurrido con la portavocía y la amortización de Urquía. La secretaria general barajó expedientar a los ediles Atilano de la Fuente y Carlos Navajas, aunque por el momento la cuestión ha quedado en suspenso.
Inmaculada Ortega pactó en su momento con Izquierda Socialista y con el sector de ‘Lacalzada’ (antiguos Kikistas) para derrocar al ‘aparato’ en Logroño. En estos meses, la diputada ha cambiado la estructura de su comité local, colocando a Javier Pérez Marzo, del sector de Lacalzada y ¡¿alcalde de Corera?!, en la Secretaría de Política Municipal de Logroño, y a Ángel Félix García como presidente del comité, en contra de lo que proclamaba en su programa de que quería un equipo trasversal, es decir, sin cargos destacados. El caso es que Ángel Félix García apostó en su día por Luena para la secretaría general, al igual que el secretario de relaciones institucionales del comité local, Lucio Pérez.
Gestos, presuponemos en la ensalada, conciliadores hacia las diferentes corrientes del partido, pero, más allá de ellos, el grupo municipal sigue boicoteando todo lo que pretende Ortega. A la par, Izquierda Socialista no cesa en su presión para reclamar cabezas de ediles con el fin de que entreguen su acta y así lo ponen de manifiesto en su último boletín interno: en resumen, difícil equilibrio entre críticos, ‘lacalzadistas’ y ‘luenistas’, que ella misma ha atraído a su dirección.
El caso es que, mientras Luena asienta su victoria, la diputada y secretaria general de Logroño sigue dando vueltas y la renovación alternativa prometida, tanto en el Ayuntamiento como en el propio comité local, continúa siendo, hoy por hoy, agua de borrajas.