No es fácil decir ‘no’ a Pedro Sanz, como ya comentamos en alguna platito de ensalada anterior, y María del Bueyo Díez Jalón acaba de hacerlo.
El pasado mes de diciembre, unas semanas después del primer plan de austeridad de la Administración riojana (de supervivencia diría yo), el presidente riojano comunicó a los medios informativos nuevos ajustes, entre ellos la supresión de 28 delegados sindicales y un recorte del 33% del presupuesto de la Defensoría del Pueblo.
Como suele hacer con estas cosas el mandatario riojano, el recorte para la Defensoría vino de la noche a la mañana, es decir, que la propia defensora se enteró por la prensa, cuando apenas dos meses antes la Mesa del Parlamento había dado el visto bueno a la propuesta económica para 2012 presentada por Díez Jalón y que incluía, de motu proprio, un recorte del 14% respecto a los fondos del 2011: “La misión para el año próximo del departamento será subsistir”, aclaraba visiblemente molesta María Bueyo Díez Jalón a poco días para acabar el año.
La actuación de Sanz fue un duro golpe para una institución, a la que se presupone y se exige independencia, y que, más allá de los resultados, desde luego la abogada del Estado ha tomado al pie de la letra durante su gestión. No es el Gobierno ni Pedro Sanz quienes deben decidir unilateralmente, ni anunciar, un recorte del 33% del Presupuesto, ya que la Defensoría del Pueblo depende del Parlamento.
María Bueyo Díez Jalón ha dicho ‘basta’ y, quizás con esta honesta decisión, el Ejecutivo riojano debería repensarse si la institución tiene sentido una vez que se coloque al frente de la misma a alguien dispuesto a ‘tragarse’ tanto los recortes presupuestarios como la falta de independencia o, sin una persona realmente solvente al frente, debería ser una de las víctimas de la crisis, no sólo de un tercio sino de todo el presupuesto.
Aunque, si de ahorro exclusivamente hablamos, sería interesante comparar qué institución ha tenido más trabajo: la Defensoría del Pueblo o, por ejemplo, la Oficina del Defensor del Paciente. Yo creo que, por goleada, la primera.
(*) Pdta: Ya que me he librado, de momento, de todas las causas judiciales que tenía abiertas con la familia Vallejo me permito sugerir que, si de persona independiente y de carácter amable para los ciudadanos se trata, la ex vicepresidenta podría ser un buen perfil para la Defensoría.