Ni que decir tiene que en esta ensalada nos ponemos muy contentos a cocinar cuando sois los lectores los que enviáis los ingredientes. Comenzamos hace unas fechas una serie sobre proyectos despropósito, caprichos en muchos casos de los políticos, que hoy lastran las menguantes arcas públicas y que poco a poco nos van dando su juego.
También quienes desde hace tiempo degustáis habitualmente estas verduritas de letras sabéis que lo que más nos gustan son las cosas pequeñas, las que mueven el día a día, y las que, a quienes pretendemos aplicar el sentido común en nuestro camino vital, nos parecen importantes.
El lector que nos envía una serie de imágenes ordenadas cronológicamente titula su mail ‘Demostraciones de talento’ y nos ilustra con imágenes cómo una mala planificación ydescuido en poner soluciones, lo que ha convertido el cuidado del foso del Cubo del Revellín, en la calle norte, en el cuento de nunca acabar. Vamos con la secuencia: