Maltrecho hasta el pasado mes de marzo, tras un invierno bajo mínimos, el río Iregua comienza a recuperar su cauce tras las últimas lluvias y nevadas de este mes de abril. Es para alegrarse, aunque el nivel de los embalses sigue todavía bajo para las fechas. El pantano de Pajares y el González Lacasa apenas si superan el 50 por ciento de su capacidad, por debajo de lo que suele ser habitual para las fechas. Aunque molestas para los amantes de las escapadas por la sierra, las precipitaciones recientes están resultando muy beneficiosas. Sería de agradecer que los desembalses del pasado año no se repitan hasta dejar a nuestros embalses exhaustos. Las imágenes que cuelgo hoy en este espacio fueron tomadas la semana pasada, en la que volví a desenfundar la cámara aprovechando los momentos de tregua meteorológica en unos días de vacaciones. El chorro del desagüe del embalse de Pajares acojona visto de cerca. Ya más sereno, el sonido del Iregua al pasar bajo el puente de Pradillo o en Villoslada resulta terapéutico.