Ayer por la tarde me sentí como los cazatormentas de las películas americanas. Lo que en un principio iba a ser una escapada por el piedemonte de la sierra del Camero Viejo, en busca de esplendorosas praderas de cereal, acabó en una excursión con la vista puesta en el cielo. Impresiona ver cómo las nubes acechan desde la montaña riojana y van ganando terreno en el valle dejando tras de sí largas lenguas de agua, que parecen suspendidas en el ambiente. La luz de tormenta siempre ha sido buena aliada del fotógrafo, de manera que no me quedó otra opción que disparar para atrapar los bellos y fugaces instantes que dejan tardes como la de ayer. Las imágenes están sacadas en lugares imprecisos entre Murillo, Ventas Blancas, Ribafrecha y Alberite. Que las disfruten.
LAS IMÁGENES SE AMPLÍAN AL PINCHAR SOBRE ELLAS