El amante de los grandes paisajes tiene los días contados para admirar una de las grandes maravillas de La Rioja, la singular metamorfósis del viñedo. La confluencia en nuestra región de grandes superficies de viña y del curso fluvial del Ebro crea en esta época imágenes memorables a lo largo de todo el valle del río ibérico. He aquí una pequeña muestra. La lluvia del pasado fin de semana aportó frescura y limpió la atmósfera ayudando a conseguir tonos más vivos y colores más contrastados. La fotografías están tomadas en los pagos fronterizos entre La Rioja y Álava, dos territorios diferentes administrativamente pero con una identidad paisajística y cultural común.
Para quien desee empaparse de colores otoñales, le recomiendo adentrarse por carreteras secundarias y algún camino y elegir algún cerro o promontorio de la orografía buscando grandes panorámicas para observar los grandiosos cuadros que pinta la naturaleza sobre el terruño riojano. En mi caso escogí las serpeteantes vías que enlazan Fuenmayor con Lapuebla de Labarca, Elciego y Cenicero. Si cruza por alguna localidad o sus barrios de las bodegas se sentirá embriago por el olor a vino, el que empezará a beberse el año próximo.
Si pinchas sobre las imágenes se amplían.