Creo que fue exactamente hace un año cuando escribí en este blog sobre los boletus pinícolas y, por fortuna, puedo volver a hacerlo ahora. La excursión de esta mañana por un pinar de Lumbreras ha sido provechosa, de manera que nuevamente puedo ilustrar este espacio con orondos ejemplares de boletus. Y eso que el monte no está precisamente en sus mejores condiciones de humedad debido a la falta de precipitaciones durante los últimos días. Se echa en falta alguna borrasca o siquiera una tormenta primaveral que aporte el agua necesaria para que se repitan sucesivas floraciones de hongos. Como digo, los que se ven en las imágenes son boletus pinícolas, equiparables a los edulis por su excelente comestibilidad. Sin embargo, uno de los ejemplares que se ven en las fotos, con un pie al rojo vivo, bien podría ser un boletus calopus, aunque también un satanás, de modo que probablemente quede descartado en la cocina. Mis conocimientos, todo hay que decirlo, son básicos en esto de las setas, lo que me obliga en mis escapadas a ceñirme exclusivamente a las referencias inconfundibles que crecen por nuestros bosques. Por cierto, se me olvidaba, de la zona de Ezcaray me han llegado noticias (y fotos) de buenas capturas también en los últimos días. Habrá que aprovechar.