El Parque Natural de Cebollera se convirtió el pasado 22 de septiembre en una inmensa aula abierta para la primera promoción de estudiantes de Ingeniería del Medio Natural, el nuevo grado académico que imparte en España la Escuela de Ingeniería Forestal de la Universidad Politécnica de Madrid. De la mano del catedrático Ramón Elena Roselló y del profesor César López Leiva, hasta el enclave camerano llegó un grupo de casi cuarenta universitarios en lo que constituyó el primer viaje conjunto de un fin de semana que organizan los responsables de esta nueva especialidad académica. Entre los participantes en la visita, una riojana, la calagurritana Alicia Arenzana ¿Y por qué Cebollera y no otro espacio protegido de España? López Leiva, especialista en botánica y gran conocedor de la realidad de la naturaleza en nuestro país, fue quien sugirió la visita al parque natural riojano.
Como el mismo dice, La Rioja conforma una región muy interesante para desarrollar una experiencia didáctica con los alumnos de la nueva ingeniería. “Para cualquiera alumno que estudie ecosistemas, ecología aplicada pero también geobotánica o botánica, es una región muy apropiada por la gran variedad de paisajes que existen, de ecosistemas, de cubiertas vegetales en muy poco territorio”. Y dentro de esa gran biodiversidad que acoge nuestra geografía, Cebollera es un enorme tesoro que resulta ideal para una ‘clase abierta’. Por su patrimonio natural y cultural pero también por tratarse de un enclave dotado de protección cuya gestión es de gran interés para los futuros licenciados en Medio Natural. El profesor, que ha realizado trabajos de cartografía vegetal a lo largo y ancho de España, lo tuvo claro desde el principio: “Esta zona –afirma– era el lugar ideal porque estos alumnos están estudiando una ecología aplicada en la cual se les va a orientar con bastante preferencia hacia la gestión de espacios que tienen algún tipo de protección o que deben ser dotados de alguna protección”.
En su escapada por tierras riojanas tuvieron oportunidad de conocer algunos de los rincones más emblemáticos del parque natural de la mano de profesionales de la Dirección General del Medio Natural de La Rioja y conocieron igualmente el Centro de Interpretación de Villoslada, en donde se les informó acerca de la gestión de este espacio protegido. No en vano, entre las principales salidas profesionales de este nuevo grado universitario figura la de gestionar áreas dotadas de protección, dígase parques nacionales, naturales o cualquiera de los espacios incluidos, por ejemplo, en la Red Natura 2000. Tras su paso por Cebollera, el catedrático Ramón Elena elogia la labor desarrollada en el parque. “Lo que se ha hecho está bien y a la vista está”, confiesa al tiempo que defiende la calificación como parque natural de Cebollera, “una etiqueta –añade– que va proyectar esa buena capacidad de gestión que ha demostrado el servicio forestal y toda la administración para que no solo la población de La Rioja, sino de toda España y del mundo entero lo conozcan”.
Al hilo de la reflexión de su compañero de docencia, López Leiva añade otra conclusión sobre el gran espacio forestal del Alto Iregua. “Es –apunta– una cosa que no es muy evidente, pero si se sabe que hace siglo o siglo y medio todo esto estaba más descubierto de arbolado por la actividad ganadera, a mí parece una buena idea lanzar el mensaje optimista de que el bosque se puede recuperar y mantener en una relación armoniosa con los vecinos. Realmente, el hecho de que haya sido un monte de utilidad pública y que los propios vecinos de los municipios hayan sido los principales interesados en que se mantenga ha sido un acierto”.
Para Elena Roselló la capacidad del parque natural y de la comarca en general para atraer visitantes es indudable. Desde la perspectiva que le proporciona su dilatada experiencia académica y sus viajes por el territorio español y otros confines del planeta, confiesa que Cebollera “tiene un potencial importante de visitantes de más allá de los Pirineos“. “Aquí –concreta– se dan una serie de condiciones especialmente interesantes y atractivas para los amantes de la naturaleza franceses, ingleses, alemanes, centroeuropeos en general. Creo que (la zona) tiene unas condiciones que si se combinan con la fama que tiene Rioja en el vino y la calidad que tiene el parque esto no desmerece para nada el nivel que en su sector tienen otras zonas. Aquí hay valores que se aprecian mucho en sociedades axfisiadas y densamente pobladas como son las del centro de Europa“.
Una riojana que descubrió su vocación por una carambola del destino
Cuando se gradúe dentro de un par de años, la riojana Alicia Arenzana formará parte de la primera promoción de ingenieros del Medio Natural de España. De padre calagurritano y madre arnedana, Alicia ‘cayó’ en la Escuela de Ingeniería Forestal de la UPM después de que su primera opción de estudios universitarios quedara descartada. “Estaba intentando entrar en una carrera de Diseño pero justamente en ese momento en la Complutense no la tenían ofertada y la segunda carrera que elegí fue precisamente Ingeniería del Medio Natural“, recuerda hoy la alumna, quien confiesa que “una vez que entré me di cuenta que era mi auténtica vocación”.
Tras una experiencia de estudios que dura ya dos años y con el tercer curso recién iniciado, la alumna se confiesa muy satisfecha. Según dice, a ella le motiva especialmente “el hecho de poder hacer algo para conservar el medio natural y no solo conservar sino dar un valor añadido a lo que ya tenemos”. Además, considera que la carrera está bien planificada. “Veo –asegura– que es muy interesante. No he visto ninguna asignatura que no tenga que ver con lo que es la profesión. Todo está enfocado a la gestión o a la restauración y me parece estupendo”.
Tal y como andan las cosas en nuestro país, Alicia no tiene sin embargo tan clara su salida profesional, aunque no pierde la esperanza de encontrar un empleo, ya sea en España o en el extranjero. “A lo mejor hay suerte porque en nuestro país hay todavía muchas zonas que no están gestionadas y que igual necesitan esa gestión, pero como se está recortando y en cosas así es en lo primero que se recorta, entonces tendría que salir al extranjero”. A este respecto, explica que la especialidad de Ingeniería del Medio Natural “puede tener una buena proyección internacional, tanto en lo que son las evaluaciones de impacto ambiental, que es algo en lo que se está poniendo especial énfasis en países en vías de desarrollo, como en la gestión de espacios naturales”, ámbito este último al que atribuye un amplio recorrido en regiones de Latinoamérica y de Oriente.
Dejo unas fotos de la visita de los alumnos al Parque Natural de Cebollera. Las imágenes han sido cedidas por Ramón Elena Roselló y César López Leiva.
Para los interesados en saber un poco más sobre la nueva especialidad de Ingeniería del Medio Natural dejo un link a la Escuela Universitaria de Ingeniería Forestal de la Universidad Politécnica de Madrid. A ver si algún joven se anima.
Y también un enlace a la página oficial del Parque Natural de Cebollera