Mujeres saharauis, envueltas en la bandera del Sáhara, protestan, delante de la entrada de la embajada de Marruecos en Madrid, por la represión que sufre su pueblo. AP
Adormecido por el desinterés internacional en encontrar una solución, el conflicto del Sahara occidental sufrió una importante sacudida esta semana con el anuncio de un inminente proyecto de resolución estadounidense ante el Consejo de Seguridad de la ONU. No se sabe si ha sido producto del relevo en la secretaria de Estado y de la llegada del ex candidato presidencial, John Kerry, pero la cuestión es que la idea de Washington para que el contingente de la ONU desplegado en la ex colonia española (MINURSO) supervise el respeto de los derechos humanos representa un movimiento importante en la buena dirección.
Con la capacidad de iniciativa algo agotada en Oriente Próximo, la Administración Obama se ha acordado de este contencioso en un momento en el que nada parecía inquietar a la postura marroquí. La conmoción y el enfado han sido mayúsculos en Rabat. El rey Mohamed VI convocó de inmediato y de forma urgente una reunión de sus consejeros, del primer ministro, Abdelila Benkiran, de varios ministros y de representantes de distintos partidos políticos del Parlamento. Para que no quedarán dudas del enfado, el Gobierno marroquí decidió suspender las maniobras militares conjuntas con el Ejército estadounidense, African Lion 2013.
Postura de España
La iniciativa de Washington obliga a mojarse al Grupo de Amigos del Sahara Occidental, formado por España, Francia, Rusia y el Reino Unido, a los que ya se ha hecho llegar la propuesta. En principio, el respaldo a la resolución no implica reconocer el derecho de autodeterminación de los saharauis, pero la extrema sensibilidad marroquí sobre la cuestión augura que lo que se decida en Madrid y París puede tener repercusiones directas en las relaciones bilaterales.
Disturbios en El Aaiún durante las protestas por el asalto al campamento de Gdaim Izik por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes. EFE
La propuesta de EE UU afecta no solo al 75% del territorio del Sahara bajo control de Marruecos, sino también la zona del desierto en poder del Polisario y donde se encuentran los campamentos de refugiados. De aprobarse por la ONU, la resolución pondría fin a una situación anómala, ya que la MINURSO es la única misión de paz creada desde 1990 que no tiene competencias en derechos humanos.
Apoyo europeo
Además de reavivar la diplomacia internacional en la búsqueda de una solución definitiva del conflicto y en la necesaria celebración de un referéndum en el territorio, la iniciativa del Gobierno de Obama puede servir para frenar los excesos y arbitrariedades que las fuerzas policiales marroquíes perpetran con excesiva frecuencia sobre opositores y manifestantes saharauis. Tampoco estaría de más que la Unión Europea, a través de Alta Representante para la Política Exterior, Catherine Ashton, se pronunciara a favor de la medida y diera cobertura al aval que pudieran dar España y Francia.