Ha pasado un año desde que Martin O’Neill aterrizara en el banquillo del Sunderland y cumpliera, al mismo tiempo, uno de sus sueños. Para el técnico norirlandés, dirigir a los ‘black cats’ no constituye un reto cualquiera, ya que, se trata del equipo al que siempre siguió desde que era un niño, gracias a que allí jugaba su gran ídolo: Charlie Hurley.
Su llegada, el pasado 3 de diciembre de 2011, transformó al conjunto del norte de Inglaterra y consiguió generar grandes expectativas. No era de extrañar, allí donde ha ido, siempre ha logrado éxitos y galardones. Recuerdo haber leído algún artículo donde comparaban el buen hacer del norirlandés con la mismísima leyenda del rey Midas, y sí, es cierto, a O’Neill también le ha acompañado la suerte. No todos los entrenadores tienen la fortuna de dirigir a los equipos de sus amores y, en este caso, O’Neill ha llenado el cupo con el Celtic de Glasgow y el Sunderland.
“Echaron a Steve Bruce por un
comienzo de temporada algo
‘mejor’ que el de O’Neill”
Sin embargo, las cosas no marchan bien en el Stadium of Light. En un principio, había muchas esperanzas depositadas en el conjunto y, sinceramente, yo era una de esas personas que creía que los ‘black cats’ serían uno de los equipos revelación esta temporada, pero nada más lejos de la realidad. El Sunderland suma cinco derrotas, seis empates y dos victorias, un balance nada positivo, que les sitúa en décimo séptima posición de la tabla con 13 puntos y a solo un punto del descenso.
Lo cierto es que O’Neill cuenta con una gran plantilla que mezcla potencial ofensivo y solidez en la defensa. Nombres como Steven Fletcher, Adam Johnson, Stéphane Sességnon o James McClean son los credenciales de un equipo que no consigue arrancar y se ahoga en los puestos bajos de la clasificación.
Las críticas no se han hecho esperar y a lo largo de las últimas semanas, han saltado los rumores sobre la posible marcha de O’Neill. De hecho, el año pasado echaron al por entonces entrenador de los ‘black cats’, Steve Bruce, por un comienzo de temporada algo ‘mejor’ que el de O’Neill. Pero, parece que en el Stadium of Light tienen la certeza de haber escogido al hombre adecuado. Yo también lo creo. Bajo esa modesta apariencia, el norirlandés es un hombre sumamente inteligente, que nunca acepta retos en los que no cree. Siempre se ha caracterizado por ser un gran estratega, saber sacar el mejor rendimiento de sus jugadores y construir equipos muy competitivos. Ahora toca esperar y tener paciencia porque al fin y al cabo, como dicen por aquí… “In O’Neill we trust”.