Las cosas como son: el periodismo deportivo español apesta. Y lo dice alguien que hasta hace diez meses era periodista deportivo. Puede que en provincias las cosas sea distintas, y el periodista deportivo tenga aún tanto de lo primero como de lo segundo. Pero lo que es en Madrid, las cosas son distintas: salvo excepciones, lo dicho: apesta.
No hay que descubrir un continente: el periodismo deportivo se ha convertido en un negocio forofo, una caricatura absurda, sin respeto hacia el lector ni, lo que es más importante, hacia la misma realidad. Lo mismo da decir hoy A que mañana B, sin que ni A ni B tengan necesariamente que ver con la realidad
La degradación del periodismo deportivo fantoche llegó al máximo con Eduardo Inda al frente del Marca, un ejemplo que debería ser estudiado en todas las escuelas de periodismo: así, no.
¿Hay esperanza? Pues sí. Ahora mismo, en España, esa esperanza se llama Panenka
Mucho se ha hablado de esta iniciativa paracaidista de periodismo deportivo, que va naciendo a lomos de un grupo de periodistas independientes. Muchos se han descargado ya el número cero de la revista, que es toda una declaración de intenciones: las cosas pueden hacerse de un modo distinto. Si uno quiere un periódico anti-Barça (o anti-Madrid, que ésa es la opción), tiene opciones para aburrirse. Esto es otra cosa. En este número cero puede leerse una declaración de intenciones en 10 puntos que merece la pena. Ahí va, en bruto:
- “A ‘Panenka’ le gustan las historias de fútbol sin espacio en los medios mainstream: historias de seres humanos que ganan y pierden. Sobre todo, que pierden.
- ‘Panenka’ quiere contar esas historias aunque sus protagonistas estén jugando en la liga turco-chipriota y no se depilen las cejas. De hecho, mejor si eran barbudos, jugaban en la Liga Soviética de 1977 y escuchaban vinilos de los Rolling clandestinamente.
- En ‘Panenka’ nos apasiona la capacidad del fútbol para transportarnos a otros países y otras épocas. Sociedad, cultura y política botan al compás del balón.
- ‘Panenka’ no colabora con la dictadura de la actualidad, la agenda manida y los temas obvios, repetidos y políticamente correctos.
- Sentimos una íntima y encendida pasión por el fútbol, pero dejaremos tranquilo al hincha que todos llevamos dentro a la hora de escribir. El periodismo de club, partido o empresa ya tiene su hueco en los kioscos. Pero no en ‘Panenka’.
- ‘Panenka’ no se esfuerza en disimular los bostezos en las ruedas de prensa banales o ante cuestionarios respondidos con el piloto automático.
- ‘Panenka’ no forma parte de ningún grupo mediático. No nació en un rascacielos después de que un grupo de ejecutivos detectara un ‘nicho de mercado’; es el fruto de las conversaciones de bar de algunos periodistas. Varios cientos de botellines de cerveza lo atestiguan.
- De hecho, en ‘Panenka’ ni siquiera sabemos qué es un ‘nicho de mercado’ pero suena fatal.
- Libertad absoluta: de ?firmas, de temas, de géneros periodísticos y de extensión. ‘Panenka’ no entiende de limitaciones ni (auto) censuras.
- ‘Panenka’ supone una modesta locura compartida por varias docenas de periodistas, escritores, ilustradores, fotógrafos e infogra?stas. También por algunos futbolistas y entrenadores. La locura de creer que el fútbol merece otro lenguaje y otra estética.
- ‘Panenka’ es el póster que vigiló nuestra infancia desde la pared. El futbolista que queríamos ser en el patio. El gol que metíamos en sueños. ‘Panenka’ es una utopía que nos devuelve al espejismo del fútbol puro.”
Que haya suerte. Creo que ellos se lo merecen. Nosotros, al menos, sí nos merecemos algo: otro periodismo (deportivo) es posible.