No es una pregunta retórica. Me gustaría, de verdad, saber por qué el Gobierno de España quiere cargarse Radio Televisión Española. Porque se la quiere cargar: no hay otra explicación posible para la gestión que del ente público se ha hecho en el último año.
Bueno, sí la hay: que los gestores hayan batido un record mundial de la incompetencia. No es fácil, verdaderamente. Entrar a una cadena que había conseguido índices de audiencia casi históricos y que reducía su deuda. Cambiar a la primera oportunidad toda la parrilla de la radio, y a todos los responsables periodísticos de los informativos de la tele. Y conseguir, de golpe, que la radio se deje medio millón de oyentes y los informativos de la tele pierdan el liderazgo informativo por primera vez en año.
Así estamos. Creo firmemente en la necesidad imperiosa de que los medios privados tengamos el contrapeso de unos medios públicos y absolutamente independientes. No me parece en absoluto un dinero mal gastado: nadie debería ser más vigilante con un gobierno que un medio público.
En los últimos años, RTVE había dado pasos muy prometedores en ese sentido. El Gobierno de España ha decidido desandar esos pasos. Y sigo preguntándome por qué.