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Alberto Gil

Los mil vinos

La opacidad del vino de Rioja: ¿qué pasó en el 99?

El mercado interno de la uva, y del vino, en Rioja siempre se ha caracterizado por su opacidad. Los intentos por hacer públicas las operaciones que se firman entre bodegas y viticultores o cooperativas nunca se han traducido en medidas que realmente aclaren cómo funcionan estos contratos que, tradicionalmente, aparecen en la portada del Diario LA RIOJA por la importancia que tienen a la hora de marcar los precios de campaña (la mayoría de contratos entregan la uva y el vino y el precio queda emplazado a lo que determine el mercado).

Os acordaréis quienes seguís el mundo del vino que el gran punto de inflexión del precio de la uva y el vino de Rioja se marcó en el año 1999, después de una cosecha escasa en el 1998 con un fuerte tirón de las ventas que ya en esa campaña previa llevó el precio del kilo de uva hasta las 250 pesetas. En abril del año siguiente cayó una extraordinaria helada que limitó mucho la producción de uva.

Pero ¿fue realmente la escasez de uva la que disparó una añada de mala calidad hasta las 400 pesetas el kilo de uva o ayudaron también los intereses de este mercado opaco? En plena vendimia, localizamos en Alfaro la primera gran operación, de 700.000 kilos de uva a 425 pesetas. Aquella noticia, portada en el periódico, volvió loco a todo el mundo: viticultores, bodegas y cooperativistas.

Codorníu acababa de comprar Bodegas Bilbaínas, con una importantísima cantidad de vino en stock. La bodega cuenta además con mucha capacidad de abastecimiento propio (unas250 hectáreas) y la operación, en el momento justo cuando comenzaba la vendimia, le permitía por una parte revalorizar todo el vino que tenía sin vender en la bodega y, por otra, ‘fastidiar’ a sus competidores.

Las cooperativas que elaboraron su vino hicieron también extraordinarias operaciones, con precios de hasta 9.000 o 10.000 pesetas la cántara (16 litros). En abril del 2000, los principales compradores de vino tuvieron una comida (Víctor Pascual, Bodegas y Bebidas entonces, Víctor Redondo, Arco Bodegas Unidas, Pedro Vivanco y supongo que alguno más) en la que decidieron parar la espiral de precios definitivamente y Arco (Berberana) firmó una operación antes del desinfle total con la cooperativa de Arnedo a unas 5.000 pesetas la cántara. A partir de ahí, vino el hundimiento y, por ejemplo, la cooperativa de Haro acabó vendiendo el vino de aquel año en el entorno de las 1.000 pesetas después de que la burbuja estallase al no haber querido vender en su momento a 9.000.

 ¿Qué sucede hoy? Pues prácticamente lo mismo, aunque nunca ha vuelto a producirse una situación tan crítica, con una demanda de vino tan al alza y una previsión de cosecha tan corta. Siguen siendo los grandes grupos bodegueros los que marcan precios y de hecho alguno de ellos, que no todos, han hecho esfuerzos para que el hundimiento real de la uva de las últimas campañas no fuera tan brutal como los precios ruinosos que marco CVNE con los 38 céntimos que anunció en el 2009.

Rioja, la tierra de los mil vinos

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