El crítico británico Tim Atkin, uno de los más reputados y mayores conocedores internacionales de Rioja, acaba de publicar una «controvertida», en sus propias palabras, clasificación de las bodegas de Rioja. Atkin –que preparó su reportaje durante dos semanas de visitas ‘in situ’ en plena ebullición del caso Artadi y su anunciado abandono de la DOC– es rotundo en sus conclusiones. «La de Rioja es una historia de éxito, pero también es víctima de su éxito» y se muestra abiertamente partidario de vincular la calidad y autenticidad de los vinos a orígenes geográficos: los vinos de pueblo y de finca. Atkin argumenta que «Rioja es un vino de calidad, con muchos menos ‘riesgos’ que vinos de Burdeos, Borgoña o Chianti, pero la consistencia no excelencia». «Rioja –continúa– ha expresado sólo una pequeña parte de su potencial paralizado por normas a veces sin sentido [en alusión a la rigidez en las normas de crianza y tiempos de estancia en barrica]».
Polémica clasificación
Nadie, hasta ahora, se había atrevido a publicar una clasificación de bodegas de Rioja. Atkin sigue el modelo bordelés (Medoc) que ideó en su momento, 1855, Napoleón III para clasificar los chateaux bordeleses, con cinco escalones diferentes, aunque en esta ocasión el crítico asegura que únicamente la calidad guía la categorización (en 1855 el criterio fue la fama y el precio de las botellas).
Un sexto grupo de bodegas se incluyen en la categoría Crus Bourgeois, que en Francia acoge a firmas y viñedos posteriores a la rígida, y hasta hoy prácticamente inamovible, clasificación del XIX. La pretensión de Atkin, sin embargo, es actualizar «anualmente» la suya, citando en el reportaje a Arnold Schwarzenneger en ‘Terminator’: «Vuelvo enseguida», avisa el crítico.
En cuanto a los resultados, el primer escalón (’first growth’s o ‘primer crus’) lo componen Bodegas Abel Mendoza (San Vicente); Artadi (Laguardia); Contador (San Vicente); Finca Allende (Briones); La Rioja Alta (Haro); Marqués de Murrieta (Logroño); Muga (Haro); López de Heredia (Haro); Remélluri (Labastida); Sierra Cantabria (San Vicente); Viñedos de Páganos (Laguardia); y Vinos de Telmo Rodríguez (Lanciego). Atkin ha sabido conjugar elaboradores de vinos históricos, como López de Heredia, Murrieta o La Rioja Alta, con los talentos surgidos en los pasados noventa y, quizá, la principal sorpresa es la inclusión del viticultor Abel Mendoza en lo más alto de la cúspide.
Los ‘premios’ del año
De hecho, Atkin concede a Abel Mendoza el título de ‘Bodega del año’ en su reportaje por sus tintos, pero también por su apuesta por los blancos con variedades autóctonas. Roberto Oliván (Tentenublo) que, con un proyecto de apenas cinco años en el mercado, escala hasta el segundo escalón de la clasificación, es para el crítico británico el ‘Joven bodeguero del año’. El podio lo completan Artadi, con Viña el Pisón 2012 como ‘Tinto del Año’, López de Heredia con su Viña Tondonia Gran Reserva 1999 como ‘Blanco del Año’ y Palacios Remondo, con el próximo vino que Álvaro Palacios sacará al mercado en el 2016, ‘Quiñón de Valmira’, como ‘Tinto revelación del año’ y Gomez Cruzado, con su ‘Montes Obarenes’ como ‘Blanco revelación’.
Más allá de su controvertida, o no, clasificación de bodegas, Atkin se confiesa un enamorado de los vinos de Rioja. Desde luego, las puntuaciones de cata son espectaculares: más de 90 puntos para más de 400 vinos de los 532 catados y 90 de ellos más de 95 puntos (sobresalientes).
El Pisón 2012 y el Castillo de Ygay 2007, de Murrieta, logran 99 puntos, mientras que de nuevo Artadi, con su vino de finca El Carretil 2012; Telmo Rodríguez, con las Beatas 2012; Finca Allende, con Aurus 2010, y los Eguren, con La Nieta 2012, logran 98 puntos.
Rioja&Roll y otros jóvenes talentos
Bryan McRobert, viticultor sudafricano afincado un Rioja (Laventura Wines) envío un mail a Atkin informándole del nacimiento de los jóvenes de Rioja&Roll. El ‘toque’ de atención surtió efecto y el crítico mostró un especial interés por sus proyectos. De hecho, Atkin sitúa a Tentenublo, bodega revelación, y a Bodegas Artuke, con elevadas puntuaciones, en el segundo escalón de Rioja; a Olivier Riviere, en el cuarto y a Bárbara Palacios (Barbarot), entre los Crus Bourgois, es decir, un reconocimiento expreso a estos jóvenes de Rioja&Roll.
Atkin no duda de que «tienen el futuro en sus manos». Pero no solo ellos, David Sampedro (Bodegas Bhilar); Lauren Rosillo (Finca Valpiedra); Pedro Balda; Agustín Marauri (Marqués de Terán); Ruth Rodríguez (Izadi y Orben); Mario e Iván Santos (Aldonia); Pablo de Simón (La Marquesa); David González (Gómez Cruzado); Juan Baustista García (Paco García); Pedro Balda; Luis Arnedo (Lacus); Marta Apellániz (Pujanza) y Simón Robles (Baigorri) son citados como «jóvenes talentos impresionantes».