Los hermanos De Miguel, Artuke Bodegas y Viñedos, presentan su joven y espectacular proyecto asentado sobre viñedos con una tradición de cinco generaciones. La cata es el martes 7 de junio a las 20.30 horas en el hotel Gran Vía, con 50 plazas para los primeros inscritos. Pincha aquí para inscribirte (seis euros por persona)
España es este extraño país en el que, hasta hace más bien poco, el apelativo ‘cosechero’ implicaba más carga despectiva que positiva. También aquí los elaboradores de garnacha ocultaban la variedad de uva en las etiquetas por el rechazo que llegó a provocar en el consumidor. Pero las cosas cambian y, de la misma forma que tuvo que venir el gurú Robert Parker a recordarnos que algunos de los mejores vinos del mundo (Châteauneuf du Pape) se hacen con garnacha, un grupo de jóvenes y comprometidos elaboradores nos recuerdan que el cosechero –al que se llevó por delante las cooperativas y la ‘industrialización’ del sector español– es equivalente al siempre respetado vigneron francés, que conoce como nadie sus propios viñedos y que es capaz de elaborar vinos con personalidad y autenticidad.
Arturo y Kike (acrónimo de Artuke) de Miguel presentan el próximo día 7 de junio, a las 20.30 horas en el hotel Gran Vía, la filosofía de un proyecto basado en las viñas de sus padres y abuelos en la Sonsierra, pero con el carácter que estos dos jóvenes imprimen a sus vinos. Han entendido a la perfección la importancia de un legado de 23 hectáreas de viñedo y llevan con orgullo el título de ‘familia de cosecheros’: «Somos la quinta generación de viticultores y la segunda de bodegueros; mi abuelo y mi padre elaboraban graneles hasta que en 1991 decidieron empezar a comercializar vinos con la marca Artuke», explica Arturo de Miguel.
Artuke comenzó con un vino joven de maceración carbónica, pero, a partir del año 2009, con la incorporación completa de Arturo y dos años después con la de Kike, la bodega reordena todas sus viñas parcela por parcela y comienza a elaborar por separado los vinos de las viñedos que, si bien sus abuelos y padres conocían perfectamente, siempre acababan ensamblando. «Queríamos conocer el potencial de cada parcela y vinificarlas por separado, con el estudio de los suelos y de las diferentes zonas y este proceso es el que ha dado lugar a nuestra actual gama de vinos», detalla Arturo.
La cata
Así las cosas, los hermanos De Miguel presentarán para los aficionados la oferta completa de Artuke: una cata en primicia, con el lanzamiento de la añada 2014 y también con una experimentación de una nueva plantación con la que trabajan desde la pasada cosecha 2015.
Artuke 2015 es el heredero del tradicional maceración carbónica de la Sonsierra, un vino de pueblo, de Baños de Ebro, con uvas de las terrazas sobre el río donde se asientan los viñedos familiares: «Es la idea del vino del cosecheros de antes, con pisado en lagos a pie y que resposa entre 3 y 4 meses en hormigón; nos recuerda las raíces y siempre hemos pensado que debía seguir siendo una de las principales señas de identidad de Artuke», avanza Arturo de Miguel.
De un vino de pueblo a otro, con el Pies Negros 2014, elaborado con uvas de los viñedos de la familia en Ábalos: «Tiene tempranillo en un 90% y un 10% de graciano, una uva que personalmente me encanta y que le aporta frescura y personalidad», explica el viticultor. «Son viñedos de tres zonas diferentes de Ábalos, que criamos por separado en barricas de 225 litros, de 500 litros y una parte en hormigón hasta su ensamblaje», detalla.
Finca de los Locos 2014 es una referencia a uno de los abuelos de Kike y Arturo. En los años 50 el viticultor compró una parcela de barbecho en una terraza sobre el Ebro para hincar viñedos en suelos en suelos de gravas y cal muy pobres para el viñedo, lo que hizo que algunos de los vecinos le tacharan de ‘loco’. De dicha finca, sale hoy uno de los vinos con mayor reconocimiento de la crítica nacional e internacional.
El K4 2014 de Artuke procede también de una única parcela en la falda de la Sierra de Cantabria (Ábalos) y es el vino que sus propios autores denominan como más personal: «Es una viña situada a más de 600 metros, de apenas una hectárea y que nos da una producción de mil botellas, con una rigurosa selección en cuatro procesos (viñedo, cepas, racimos y granos)». De ahí su nombre».
La Condenada 2014 es el tercer vino de parcela de Artuke. Un pequeño y viejo viñedo (0,6 hectáreas), que la familia adquirió a un viticultor histórico de Baños de Ebro y que estaba ‘condenado’ al arranque por sus dificultades de cultivo y de propiedad (cinco familias diferentes): «Es una plantación de tempranillo, con graciano, garnacha y palomino, típicas en los viñedos históricos de la comarca». La primera cosecha [de nuevo con extraordinarias valoraciones de la crítica] fue el 2013 y a la cata los hermanos de Miguel presentarán en primicia la del 2014.
Arturo y Kike de Miguel reservan una última sorpresa: uno de los nuevos vinos con que están trabajando. «Es un tempranillo, de Samaniego, en una finca que alcanza casi los 750 metros, pegada a la Sierra de Cantabria, con un tremendo potencial por la frescura y que, aunque todavía lo tenemos en barrica, será interesante compartir las primeras impresiones con los aficionados».