La condición de alavés, nacido en Elciego, de Fernando Salamero aparece en todos los titulares de prensa como el asunto más significativo de su elección. Sin lugar a dudas, es un hecho histórico, sobre todo en un momento en que parece posible superar las tensiones territoriales de los últimos años. Pero, en cualquier caso, y tal y como el propio presidente de la DOC Rioja puso de manifiesto en su primera intervención pública, quizá sea más importante la propia experiencia que arrastra en el Consejo Regulador para confiar en que, con su mandato, se acabará enterrando el ‘hacha de guerra’.
En este sentido, Fernando Salamero es el vocal más antiguo del pleno, nada más y nada menos que desde 1982: «He visto los cambios que ha experimentado Rioja durante las tres últimas décadas», recordó… y ha llovido mucho desde entonces. Tanto que pocos se acuerdan que ya en 1984 hubo un primer intento de constituir una Organización Interprofesional de Rioja, aunque luego hubo que esperar treinta años para que fructificase: «Participé en aquellos lejanos encuentros en La Grajera, aunque la decisión se maduró tanto como los grandes reservas», bromeó Salamero.
El nuevo presidente de Rioja es director financiero de Bodegas Marqués de Riscal y miembro de una de las familias fundadoras de esta casa centenaria. Riscal ‘importó’ de Francia para Rioja en el siglo XIX los métodos de elaboración del vino moderno. Es decir, Rioja no sería hoy lo que es sin esta bodega alavesa que, casi siglo y medio después, sigue siendo uno de los grandes referentes nacionales e internacionales de la denominación de origen.
La diferenciación de vinos es una vieja demanda que incluso las Bodegas Familiares de Rioja reclamaban ya desde los años noventa. Y Salamero dejó ayer claro que el grupo mayoritario de bodegas que representa, y especialmente la suya, apuestan en la actualidad por la diferenciación geográfica de los vinos, por el desarrollo de los vinos de municipio y por las subzonas y, por supuesto, por los Viñedos Singulares. Son prácticamente las mismas reivindicaciones que las bodegas alavesas ‘secesionistas’ pedían a Rioja antes de tomar la iniciativa .
Salamero marcó ya ayer el camino que seguirá Rioja en el futuro para intentar crecer en valor de sus ventas y, al mismo tiempo, se mostró inflexible con la defensa de la marca paraguas. Algo se está cociendo y ayer en los pasillos del Consejo Regulador –en un acto al que asistieron todas las administraciones políticas– se empezaba a barruntar que, más pronto que tarde –aún a la espera de que cooperativas y Asaja acepten la regulación de los vinos municipales y de subzona– habrá un acuerdo.
La petición de la DOP alavesa, de momento, no ha salido del Gobierno vasco y Rioja sigue dando pasos. Fernando Salamero, después de un ‘agitado’ mandato del sector productor, con el cambio de presidencia a los dos años, tiene por delante cuatro para cerrar esta herida. En esos mismos pasillos, ayer el viceconsejero de Industria y Agricultura vasco, Bittor Oroz, emplazaba a Diario LA RIOJA para una entrevista. «En septiembre, en septiembre… hablamos». Quizá para entonces el cocido esté servido.