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Diego Marín A.

Voleibol en La Rioja

Crónica de una inolvidable final de la Copa de la Reina de voleibol femenino

Todos nos equivocábamos. En la noche del viernes, al regresar al hotel Belvedere de Salou, donde nos alojábamos la mayoría de equipos, afición y prensa que acudimos a la XXXVII Copa de la Reina de voleibol femenino, algunos que llegábamos tarde a la cena le dábamos la enhorabuena a Pascual Saurín, entrenador del UCAM Voley Murcia, que había perdido en el tie break de los cuartos de final ante el Universidad de Burgos. Las murcianas realizaron un muy buen papel, perdieron con honor, y se pudo ver un partido interesante, basado, sobre todo, en las defensas, sin grandes acciones de ataque. El Murcia, recién ascendido, está realizando un gran segundo tramo de temporada y así lo demostró en su partido. Saurín no parecía decepcionado, parecía sabedor, al igual que sus jugadoras, de que su equipo había hecho lo que tenía que hacer: plantar cara a un grande como Burgos. Perder podía ser lógico.

     Un hombre que pasaba por allí y escuchó la conversación, mientras se servía alguna comida en el bufet, afirmó lo siguiente: «Yo, lo siento mucho, pero creo que va a ser el mejor partido que vamos a ver este fin de semana…». Quedaba mucho por jugar pero aquello parecía verdad. La lógica, la estadística y la matemática ―que no sirven de mucho en el deporte― auguraban que el Menorca vencería al Haro, igual que el Murillo al Burgos, y, en la final, los dos favoritos se jugarían el título, cada uno con casi un 50% de probabilidades de ganar. Y todo parecía que iba a suceder tal y como vaticinó aquel hombre desconocido cuando el sábado, en la primera semifinal, en torno a las 18.50 horas, el Valeriano Allés Menorca doblegaba al Haro Rioja Voley por 2-0 con dos claros parciales: 25-20 y 25-16. No parecía que el Haro pudiera hacer nada, a pesar de que su afición, un puñado de jarreros apostados en la grada norte, gritasen sin descanso: «¡Sí se puede!».

     Para llegar a semifinales de la Copa de la Reina, el Haro tuvo que eliminar el día anterior, en cuartos, al Playa de las Canteras, un equipo correoso en la liga regular pero que planteó menos problemas de los esperados a las jarreras en la Copa de la Reina. El Haro venció con un claro y rápido 3-0 de parciales apabullantes: 25-12, 25-11 y 25-19; en poco más de una hora de partido. Fue como un entrenamiento intenso, ideal para coger ritmo de cara al partido clave de su competición. Y cuando, al día siguiente, el Haro Rioja Voley comenzaba a decir adiós a la Copa gracias al buen trabajo de las menorquinas Kralikova y Sandell en ataque y Hintemann y López en defensa, con un 8-6 en el primer parcial del tercer set, algo sucedió. Las jarreras cambiaron de chip, comenzaron a jugar con la tranquilidad del perdedor, disfrutando de lo poco que, al parecer, les quedaba de competición. Y el Menorca, relajado también, pero por ver cerca la victoria, comenzó a fallar: tres saques errados, cinco remates fuera de Hintemann, un pobre 14% de efectividad en recepción de la líbero Esther López… Al segundo parcial se llegó con un increíble 10-16. En el segundo tramo del juego el Haro firmó un parcial de 2-10 a su favor. Todas las jugadoras jarreras en pista, excepto la líbero Marta García, anotaron al menos un punto. Y así ganaron el que, por el momento, era el set de la honra.

     Pero el cuarto set fue otra historia, el Haro comenzó a arrollar y ganó los tres parciales: 3-8, 13-16 y 19-21; con la meritoria actuación de Alonso-Mañero en el bloqueo y Garrido y Sánchez al remate. Para entonces, desde la zona de prensa, yo estaba animando como un aficionado más de la ‘marea azul’, contagiado por la ilusión jarrera. El Menorca despertó tarde de la pájara y pudo cerrar la clasificación, para la final, pero no lo logró, el Haro empató con un ajustado 24-26. Quedaba el quinto set, el tie break, que una regla no escrita dice que gana siempre el vencedor del cuarto set porque comienza con una dinámica vencedora, mientras que el rival lo hace con la trayectoria descendente. De nuevo, el Haro ganó todos los parciales: 3-5, 7-10 y 10-12. Menorca falló mucho, tuvo problemas hasta para recibir saques poco ofensivos y se mostró como un equipo endeble mentalmente. Las mejores jugadoras de Superliga fueron derrotadas ante un equipo, el Haro, con más corazón que físico.

     Terminó el partido y Manuel Berdegué desapareció del Pabellón Municipal de Deportes de Salou, como eludiendo la responsabilidad de un logro bárbaro. Las jugadoras menorquinas se retiraron a los vestuarios cabizbajas, con sensación de fracaso, mientras las jugadoras jarreras permanecieron en la pista con tranquilidad, ofreciendo la imagen de que aquello, para ellas, era lo esperado. Ellas lo sabían. «No han sido tan sorpresa, nosotras confiábamos en nuestras posibilidades», declaró María José Garrido tras el encuentro. Un tiempo después, como si no hubiera pasado nada, reapareció Berdegué en la cancha y declaró para Diario La Rioja: «Había que apelar a la épica y eso hemos hecho. Siempre hay opciones de conseguir los logros marcados si los luchas con el alma».

     Con el devenir del partido del Haro Rioja Voley, la otra semifinal entre Nuchar Eurochamp Murillo y Universidad de Burgos podría preverse igual de interesante. No fue así. El Murillo volvió a mostrarse muy superior al Burgos, equipo al que ha ganado ya cinco veces esta temporada, sumando partidos oficiales y amistosos. Sobre todo, la victoria murillense se dio porque el Burgos disputó la Copa, como el Haro, casi en cuadro. Y la motivación burgalesa no fue la misma que la jarrera. Al Burgos le faltaba la líbero María José Blas y, para suplirla, tuvo que sacrificar a una jugadora atacante como Mireya Delgado. Además, la central ucraniana Regina Miloserdova no estaba en plenas condiciones, aunque jugó los primeros sets. Y esas dos bajas se notaron. El Murillo se despeinó pero ganó merecidamente con un claro 3-0 (25-17, 25-23 y 25-23). El Universidad de Burgos estaba llamado a ser esta temporada el tercer equipo grande de la Superliga, junto a Menorca y Burgos, pero su irregularidad le está pasando factura. Eliminados en las semifinales de la Copa de la Reina, aún deben lograr la clasificación para el play off por el título. No está siendo una buena temporada para el UBU.

Una preciosa final
Para el domingo quedó, por tanto, una preciosa, inédita e histórica final, la de los dos equipos riojanos: Haro Rioja Voley (cuarta temporada en Superliga) y Nuchar Eurochamp Murillo (recién ascendido a Superliga); que comienzan así a robar el protagonismo al voleibol isleño de Baleares y Canarias en favor del norte de España. De nuevo a última hora del día, al terminar de cenar en el hotel, Carlos Arratia, con quien me encontré en el hall, me espetó: «Ahora nos toca trabajar a nosotros». El entrenador del Murillo subió cargado a su habitación, dispuesto a visionar el partido entre Menorca y Haro para estudiar a su rival en la final. Antes había asegurado a Diario La Rioja que «es una final soñada la que vamos a jugar, aunque también es una responsabilidad muy grande; para el voleibol riojano esto es un éxito sin precedentes que, espero, le ayude a crecer. Llegar a la final es un éxito para los dos equipos [Haro y Murillo] pero, el que pierda, perderá dos veces». Arratia, además, advirtió: «Si ha ganado al Menorca con esa intensidad, el Haro nos puede ganar a nosotros». Eso era cierto. Tan cierto como que, para sorpresa (y alegría de los riojanos), aquel hombre que pronosticaba que el partido entre UBU y UCAM iba a ser el mejor de la Copa se equivocaba. La remontada del Haro, hasta entonces, había sido lo más espectacular del torneo. Para quien no lo entenda del todo, la proeza del Haro, en términos futbolísticos, es como si el Sporting de Gijón le remontara un 3-0 en contra en el Camp Nou y se clasificara con ese resultado para una final.

     Poco antes de partir hacia el Pabellón Municipal de Deportes de Salou, de nuevo en el hall del hotel, me encontré con José Valderrey, segundo entrenador del Murillo y, en la época de Hugo Gotuzzo, también ayudante del técnico en Haro. «No creo que Haro pueda mantener el nivel de juego que tuvo ayer», le dije convencido. Murillo, aunque había preparado una final contra Menorca, pensaba que contra Haro tenía más posibilidades de ganar. Todos los pensaban. Al fin y al cabo, en la liga regular las murillenses habían demostrado ser mejores. El Murillo era favorito, pero es cierto que quedaba un resquicio para Haro: si había llegado a la final eliminando por el camino al poderoso Menorca… también podía ganar al Nuchar Eurochamp. Para ello, las ocho jugadoras del Haro debían realizar el mejor partido del año, mejor aún que ante Menorca, y esperar a que el Murillo no tuviera su mejor día. Y eso fue lo que pasó. Días después el Club Voleibol Haro hizo público que antes de la Copa el equipo se reunió ante la estatua de la fallecida jugadora Lorena Ojeda en San Millán de la Cogolla y, de algún modo, se contagió de su espíritu.

     También me queda para el recuerdo un acertado vaticinio. Antes de la final había quedado con los dos clubes riojanos en fotografiarles a la salida del hotel para inmortalizar ese momento histórico, ese preámbulo, y recoger así otro tipo de imágenes para un álbum alternativo al oficial de la jornada. Cuando esperaba en la terraza del hotel a que bajaran de sus habitaciones todas las jugadoras del Haro también hablé un poco con Noelia Sánchez e Ismael Merino. «Apuesto por ti como MVP de la Copa, lo estás haciendo muy bien», le dije a la jugadora. «Para eso hay que ganar la final…», contestó Merino, sentado al sol, tranquilo y tal vez desconfiado. Y es que el Haro ya había cumplido con creces su objetivo. Hay una regla no escrita que dice que el MVP siempre es del equipo ganador, lo que no siempre es justo.

     La final tuvo un sabor agridulce. El justo vencedor fue el Haro. En los cuatro sets disputados el Murillo perdió todos los parciales, excepto el último del único juego que ganó, el segundo, con un apretado 20-21. Y jugar a remolque, por detrás en el marcador, no se le da bien al Murillo. El conjunto de Arratia es un equipo ganador, al que le gusta controlar la situación; no es sufridor, como el Haro. Y el Haro salió a morir con las botas puestas y se llevó un avasallador 25-12 en el primer set (igual que frente al Playa), con un 100% de efectividad en la recepción de Noelia Sánchez. El segundo set lo ganó el Murillo con sufrimiento, empatando antes a 3, 6, 12, 17 y 22 tantos y en el cuarto punto de juego que tuvieron, habiendo levantado el Haro los tres anteriores. En el tercer set de nuevo los dos equipos fueron de la mano desde el 5-5, pasando por el empate a 7, 9 y 12, hasta el 18-18. Pero, entonces, llegó la eclosión de Noelia Sánchez, una jugadora siempre interesante que no había conseguido mantener un nivel como el mostrado actualmente. En las dos jornadas anteriores a la Copa de la Reina había sido incluida en el siete ideal de la jornada y en Salou lo dio todo. Sus remates por zona 4, con la zurda, fueron, sin duda, la clave de la victoria del Haro. Sánchez se encontró en un estado de gracia quizá irrepetible, fue la líder de un equipo que se mostró implacable. Las azules contaron con la suerte, con un rival que no se encontró cómodo, y se creció y se convenció de ganar. La receptora gallega lideró al Haro, cerró el tercer set con sus remates y condujo a su equipo hacia la victoria en el último set. Unos minutos antes, a pie de cancha, Eduardo Martín, responsable de prensa de la Real Federación Española de Voleibol, realizó una encuesta para elegir la MVP entre los periodistas acreditados en la final. Yo voté por Regla Bell por parte del Murillo y por Noelia Sánchez por parte del Haro. Dani y Garrido quedaron cerca.

     A pesar de que el Murillo no jugó como sabe y de que se le quedó la sensación de que podía haber hecho más, lo que más me gustó es que con el partido perdido, en el cuarto set, con un 22-16 en contra, las jugadoras de Arratia sacaron pundonor para no rendirse hasta el final y, a pesar de los nervios y los errores no forzados, maquillar el marcador final y dejarlo en un digno 25-20. El resto de la historia ya la conocen todos, la hemos narrado durante toda esta última semana en Diario La Rioja, ABC.Radio y TVR. Los dos equipos han hecho historia, aunque solo uno haya ganado. Es la primera vez que un equipo riojano gana un título de máxima categoría, la primera final que se produce en categoría profesional entre dos equipos riojanos, el Haro Rioja Voley es el primer equipo que suma una Copa de la Princesa y una Copa de la Reina y creo, además, que el voleibol es el primer deporte que consigue protagonizar tres portadas consecutivas en Diario La Rioja, del sábado 10 al lunes 12 de marzo de 2012.

     Me quiero detener aún en el Murillo, el perdedor. Creo que Carlos Arratia también se equivocaba, su equipo no perdió «dos veces» ante el Haro; perdió, sí, pero también ganó, ganó enteros, ganó experiencia y ganó admiración. Porque un equipo es grande, sobre todo, cuando pierde. Con todo lo difícil que fue digerir esa derrota, el cuerpo técnico del Murillo (Carlos Arratia, José Valderrey, Marta Pinillos…), nada más acabar el partido, felicitó al campeón. Y, dolidos por haber perdido, todo el equipo asistió educadamente a la entrega de premios al Haro, el campeón, su vecino, su rival, pero también su compañero de viaje. «Estamos en distintos vagones, pero está claro que viajamos en el mismo tren», ha declarado acertadamente esta semana Carlos Arratia.

     La afición de Haro reconoció al finalista aplaudiéndole al recibir las medallas. Y me quedo con esa imagen, la de la inmensa alegría y la de la tristeza, las dos sensaciones cerca, en la misma cancha. Jugadoras de uno y otro equipo merecían la victoria, veteranas como María José Garrido y Noelia Sánchez, del Haro, jugadoras de gran calidad que sacaron lo mejor de sí mismas. También Elena Esteban, del Murillo, que jugó su quinta final, y pocas jugadoras pueden decir lo mismo, aunque no haga logrado aún la victoria en la Copa. Una derrota, cuando se produce con la cabeza alta, no es un fracaso. El tortazo se lo han dado otros equipos, como el Burgos y el Menorca, pero no el Murillo, que llegó a la final, tal y como era su objetivo primero. Los títulos llegarán, seguro. Ahora mismo, aunque todavía quede trabajarlo a fondo, el Nuchar Eurochamp es el principal candidato para ganar la Superliga. Y también animaré al Murillo como un aficionado más, donde haga falta y cuando haga falta.

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