-¿Por qué quedarse en Murillo?
-Llegué aquí cuando el equipo estaba buscando algo más alto y jugaba en Superliga 2. Aquella temporada ganamos todos los partidos de liga y yo tenía muchas ganas de ayudar a que el equipo creciese. Con los fichajes, el equipo se hace mejor y trae estabilidad. Aquí me recibieron bien, estoy bien y, por motivos de residencia, solo tengo razones para quedarme. Además, creo que he devuelto con mi juego lo que me han dado, así que las dos partes tenemos que estar contentas.
-Entre São Paulo (3.871.000 habitantes) y Murillo de Río Leza (1.787) parece haber mucha diferencia…
-Finestrat también es un pueblo muy pequeño y te acostumbras. Yo no soy mucho de salir y los pueblos pequeños me gustan, sobre todo porque ya llevo muchos años fuera de Brasil.
-El planteamiento del Murillo ha cambiado radicalmente. ¿Tenía claro continuar?
-Siempre me dejaron claro que contaban conmigo. Carlos Arratia siempre me dijo que quería que yo siguiera en el equipo y llegamos a un acuerdo, aunque cada año se baja el presupuesto y las jugadoras somos las que más lo sufrimos. Pero en la báscula hay que poner todo para valorarlo, si quedarse en un equipo que puede ser campeón o marcharte a otro país, hacer las maletas… No me costó mucho decidirme, de nuevo, por Murillo.
-En Murillo, en Superliga, suma ya tres finales. ¿Es un éxito relativo?
-Te queda un gusto agridulce llegar a la final y no ganar en los momentos cruciales. Pero este es un equipo ascendente. Quedar tercero o segundo no es cualquier cosa, creo que hemos llegado hasta donde hemos merecido por el equipo que tenemos. Aunque podríamos haber logrado un poquito más, el club y la afición tienen que estar contentos. A ver si este año tenemos un poco más de suerte.
-Y usted parece encontrarse en el cenit de su trayectoria deportiva, ¿es así?
-Puede ser. La verdad es que me encuentro muy bien física y psicológicamente, y eso se nota en la cancha. El estado anímico y físico de cada uno es clave para el rendimiento deportivo.
-Con Carreño, además, se convirtió, felizmente, en opuesta. ¿Cambio positivo?
-He jugado pocas veces de opuesta, aunque siempre me ha gustado porque atacas mucho más. La pasada temporada jugué de «opuesta falsa», es decir, recibiendo, y la verdad es que me encuentro muy a gusto. Esta temporada creo que será igual y la verdad es que me ilusiona, disfruto mucho más en este puesto.
-Parece que la próxima Superliga va a ser más igualada, ¿lo cree así?
-Las ligas de hace cuatro años eran más fuertes, pero sí va a ser más competitiva que la pasada. Lo más positivo es que no parece que vaya a haber equipos que casi solo tienes que sacar para ganar un set, como ha pasado. Esto no enriquece a nadie. Barça, Iruña, Haro… van a hacer una buena liga.
-Y, para empezar, Supercopa contra Haro. ¿Hay espíritu de revancha?
-Otra vez nos tocará el Haro de cara. De momento no sabemos nada, pero Haro siempre ficha buenas jugadoras. Yo quiero jugar para ser campeona, creo que ya lo merecemos.