Carlos Arratia ha cumplido el sueño de aupar a lo más alto a su equipo, el Embalajes Blanco Tramek Murillo. Este año lo ha ganado todo: Supercopa, Copa de la Reina y Superliga. Para ello, tuvo que dar un paso atrás en el 2013, cuando dejó de ser el primer entrenador y cedió el testigo a Charly Carreño. Fundó el Murillo en el 2004 y no ha habido año que haya tenido que cuadrar el presupuesto con dinero, en forma de patrocinio, de su propia empresa, Talleres CEA Mecanizados.
–Su condición de ingeniero ha ido más allá en el voleibol. Cuéntenos el secreto de la final: sin errores en recepción con un techo de 7,19 metros.
–Preparamos un falso techo en nuestro polideportivo a esa misma altura, con cinta plástica, para simular el que nos íbamos a encontrar en Pamplona. Y parece que salió bien.
–¿Se había llegado a obsesionar con conseguir títulos?
–No, para nada. Los títulos son solo fruto del trabajo bien hecho, obsesionarse en obtenerlos no sirve más que para añadir presión negativa. La plantilla siempre ha tenido claros los objetivos, pero nunca ha tenido presiones.
–Pero la victoria, después de derrotas amargas, sabe mejor, ¿no?
–Sobre todo porque te hacen valorarlas como lo que realmente valen. Cuando se pierden tres títulos consecutivamente, realmente sabes apreciar los que consigues luego.
–Además de un gran juego, en los últimos meses el Murillo ha exhibido una estabilidad envidiable. Incluso, parece, en lo económico, con tres nuevas incorporaciones.
–No nos sobra el dinero. Hemos estado trabajando hasta enero con solo nueve jugadoras, por lo que Daysa no puede verse como un extra si no como la necesidad de completar una plantilla mínima. Helia sí que ha sido un plus que quise dar a la plantilla porque era poner en manos de Charly Carreño un activo importante para el ‘play off’ y se ha demostrado que fue un acierto, pero las condiciones de su contrato han sido muy favorables (fue la propia jugadora la que dio los primeros pasos para incorporarse al Murillo). Y con el fisioterapeuta David Díaz, simplemente, se han cubierto los más básicos gastos.
–De jugar en Europa la próxima campaña, entonces, ni hablamos…
–Aunque nos correspondería jugar la Champions, la liga española cuenta solo con una plaza en la CEV Cup para el campeón y dos para la Challenge Cup para el segundo y tercer clasificado. La exigencia que supone participar en competición europea es muy alta y, a no ser que encontrásemos una financiación suficiente, no podemos asumirla.
–Lo que sí se ha barajado es la posibilidad de trasladar el equipo a Logroño, ¿no es así?
–En mi mente solo está la preocupación por asegurar la viabilidad del proyecto, su continuidad en el tiempo. Para ello hay que buscar la solución más favorable. Si ésta viene de la mano del Ayuntamiento de Logroño, no hay duda de que la aceptaríamos muy gustosamente.
–¿Qué ventajas tiene Logroño y qué desventajas tiene Murillo?
–No es cuestión de poner por delante una opción u otra, simplemente es cuestión de supervivencia.