Procede del Unicaja Almería de Superliga masculina, donde ha sido líbero y segundo entrenador, así como director de las categorías inferiores. Ha sido jugador de la selección nacional, tiene 44 años y su palmarés habla por sí solo: nueve Superligas, seis Copas del Rey y cuatro Supercopas. Como segundo técnico, una de cada. Un perfil muy parecido al de Charly Carreño (su amigo, su «hermano»), a quien sucede. Lolo Berenguel es el nuevo entrenador del Naturhouse Logroño.
–¿Le pesa la responsabilidad de debutar con un actual tricampeón?
–A mí me enorgullece. El reto me tiene motivadísimo. No tengo miedo sino respeto, y me hace sentir bien, con muchas ganas de trabajar.
–Parece que Carreño ha tenido mucho que ver en su fichaje, ¿es así?
–Sin duda. Venimos de la misma escuela. Venir a un club de nuevas y poder contar con información es ya un paso adelante. Charly y yo somos hermanos. El apoyo que he tenido suyo ha sido incondicional. Y es mutuo, porque él va ahora a la Superliga masculina y yo también puedo echarle una mano ahí.
–Pocos cambios para empezar: nueve renovaciones en la plantilla.
–La tranquilidad que me da es eso, que el sexteto titular que gana, prácticamente, continúa ahí. Y la incorporación de Portero y Espadalé nos va a venir muy bien. He seguido a la selección este verano y es significativo que las dos 4 estén aquí.
–La plantilla es envidiable, ¿no?
–Ahora mismo, para mí, son las mejores. Y vamos a luchar para que sean mejores aún.
–¿Seguía la Superliga femenina o ha tenido que ponerse al día?
–La seguía pero, realmente, no como se tiene que hacer, puesto que mi liga antes era la masculina. Ahora me estoy poniendo las pilas. Pero eso no me preocupa porque estamos para trabajar. Hay nombres que tengo que aún buscar porque no los tengo claros pero hay que afrontar el reto.
–¿Cree que notará el cambio entre el voleibol masculino y femenino?
–Por lo que Charly ha hecho, no es que vaya aplicar el voleibol masculino al femenino. Hay que sacar el máximo rendimiento de cada jugador, sin convertir a una mujer en un hombre. El control de balón, que para mí es la clave del voleibol, es igual para hombres que para mujeres. Hay jugadas que cambian, pero la preparación física es igual. La jugadora pensará mejor si está bien físicamente, en eso trabajaremos.
–Como líbero que fue usted, ¿se centrará en la defensa?
–No. El entrenador tiene que conocer todas las facetas del juego. Por ser líbero no voy a hacer más hincapié en la defensa, quizá al contrario. Yo sé cómo enseñar a un colocador o lo que tiene que hacer un central.
–¿Cómo será su estilo de juego?
–Todo continuidad con lo que ha hecho Charly, claro que sí. Mi obsesión es que torres más altas han caído. Lo que manda en este deporte es el control de balón y es lo que a mí me ha dado resultado siempre.
–Y un reto añadido: la Copa CEV.
–Me gusta que el rival piense que se van a enfrentar a un equipito español. Como jugador me he enfrentado a equipos de ligas espectaculares y he ganado. Está claro que el Bakú es superior, pero quizá la calidad de sus jugadoras no está ensamblada. Primero quiero trabajar mi equipo.