EMBALAJES BLANCO TRAMEK MURILLO 3-0 HARO RIOJA VOLEY
Embalajes Blanco Tramek Murillo: Fernanda Gritzbach, Yoraxi Meleán, Iva Pejkovic, Noelia Sánchez, Patricia Barrio, Daniela da Silva y Esther López Arroyo (líbero). También jugaron Miriam López y Esther Blázquez.
Haro Rioja Voley: Rosalía Alonso-Mañero, Silvia Araco, Deedee Harrison, Kelly Williamson, Amelia Portero, Aitana Ballingha y Eliana González (líbero). También jugaron María Barrasa, Aída Etxebarria y Ane Cengotitabengoa.
Parciales: 25-19 (22 m.), 25-14 (21 m.) y 25-18 (21 m.).
Árbitros: Susana Rodríguez y José Luis Arrarte.
Anotadoras: 12: Gritzbach; 7: Portero.
Incidencias: alrededor de 600 espectadores en el polideportivo Federico García Lorca de Murillo de Río Leza, con presencia de numerosos aficionados del Haro y gran ambiente en la grada. Gritzbach fue elegida MVP de la Supercopa.
__________
Hace solo nueve años Carlos Arratia fundó el Club Voleibol Murillo con un solo equipo juvenil donde jugaba su hija. Con tenacidad y mucho trabajo apasionado, y tras aprender a base de tortas, perdiendo tres finales en las dos primeras temporadas en la elite del voleibol nacional, ayer el Murillo de Arratia ganó su primer título de máxima categoría (antes había logrado una Copa de la Princesa y una Superliga 2). Y lo hizo con la camiseta ideada por su hija, diseñadora gráfica, y con un equipo que ha mudado de nombre gracias a sus patrocinadores: Embalajes Blanco y Tramek.
El Haro Rioja Voley defendía el primer título de la temporada, después de haberlos conquistado todos la anterior campaña. Sabía que la suya era una compleja tarea, más, si cabe, al inicio de la temporada, con el equipo aún en construcción. Pero plantó cara de inicio, cuando un Murillo desconfiado por la molesta vitola de favorito que le tocaba tanteó a su rival. No se fiaba Charly Carreño, técnico local, el curso pasado también se sintió, si no superior, igual al Haro y cayó derrotado. No es una vergüenza perder ante un rival mejor, solo es deshonroso rendirse o mostrarse peor, sin serlo. Una buena intensidad defensiva en el arranque recordó brevemente al Haro maravillo de Helia y Wood. Eliana defendió de forma brava, ayudada de Portero. Duró poco ese destello de calidad. Cuando el Murillo comprobó lo que tenía delante, se sintió seguro y jugó cómodo, con calidad y contundencia. Así, todos los parciales del encuentro fueron de las locales. Los del primer set ya demostraban su superioridad: 8-4, 16-10 y 21-15.
La altura y rapidez de las centrales verdes Gritzbach y Pejkovic destrozaron a la defensa azul. El saque también hizo daño a la recepción del Haro, sobre todo el de Dani y Meleán, que juntas sumaron siete tantos directos. En cambio, solo en el primer set el Haro falló cinco lanzamientos y, así, el 25-19 resultó un parcial digno y justo. La primera y única ocasión en que el Haro estuvo por delante en el marcador fue en la primera bola del segundo set: 0-1, gracias a un bloqueo de Ballingha. Respondió el Murillo con un parcial de 4-0, con al servicio de Meleán y dos tantos directos de la hispano-venezolana. Suyo fue el segundo juego, en el que realizó una verdadera exhibición de colocaciones, estáticas y en suspensión, saques flotantes, dejadas y recuperaciones de balones perdidos, como uno que devolvió a su cancha cuando ya se perdía en campo contrario. Fue enorme Yoraxi Meleán.
En frente, Araco también lo hizo bien y proporcionó buenos balones a Williamson y Portero, pero fue insuficiente. El Haro parecía desnudo sin centrales, toda vez que Alonso-Mañero aún no puede saltar en condiciones y a Harrison todavía le falta adaptación. Se nota que hay talento en las azules, y corazón, e ilusión. Se ve en las caras de Barrasa, Ane, Eliana, Portero… de 16 y 19 años, contentas a pesar de perder la Supercopa. Si con esa edad ya juega una final, les queda mucho y buen voleibol en su vida. Y están en Haro. Ayer, simplemente, era el momento del Murillo. No fue un partido tan intenso como el de la última final de Superliga, pero fue bonito. Y entrañable. Un encuentro así lo proporcionan dos equipos. Y jugadoras como Dani, arrolladora ayer, que vio luz verde por zona 2. El ala izquierda fue para la zurda de Noelia y para Barrio. El segundo set terminó con un avasallador 25-14. Las azules no pudieron hacer nada.
Cabeza alta
José Miguel Pérez movió el banquillo, rompió el ritmo rival con tiempos muertos, espoleó a sus chicas y logró maquillar el último set con un 25-18, tras abrirlo con un parcial abrumador de 8-2. La cabeza alta. El Haro tuvo problemas con el potente saque murillense. Cuando no recibía un tanto directo (once en total en todo el encuentro), su mala recepción provocaban los penaltis a convertir por una atenta Gritzbach («El Látigo», la apodan en la grada). El juego del Murillo fue feliz, vistoso. Meleán volvió loco al bloqueo rival y abrió huecos en la red. Williamson brilló a rachas con sus remates desde el ala izquierda. También aportó lo que pudo Portero desde la segunda línea. Pero las jugadoras del Haro pronto se venían abajo, después de que su entrenador las despertara a base de ánimos y tiempos muertos para dar indicaciones. Pero ni un taco. No lo merecía.
En el Murillo, jugaba una opuesta como Dani en estado de gracia, soltando misiles al centro de la cancha. 16-9. Pejkovic y Gritzbach armando un muro infranqueable en la red. 21-15. La líbero López Arroyo levantando todos los balones. Pocos errores y muchos aciertos en las locales. 24-18, punto de partido. Debutó Ane con 16 años recién cumplidos para poner en juego una bola decisiva. Nervios. Erró. El Murillo, nuevo campeón de Supercopa.
[Fotografías de Sonia Tercero para Diario La Rioja]
Charly Carreño, entrenador del Murillo…
El entrenador del Embalajes Blanco Tramek Murillo se mostraba aliviado, satisfecho, pero templado, como si, simplemente, se hubiera quitado un peso de encima. Su equipo había ganado y eso el almeriense lo veía con naturalidad y también con precaución. «Al final, las cosas, con el trabajo, llegan. Este era un partido para cometer pocos errores y el equipo que ha cometido menos es que el que ha ganado», valoró Carreño. Y ese equipo, el ganador, era el suyo, el Murillo. «Creo que ninguno de los dos equipos está al 100%. Ha sido una final desigual, que nosotros contemos con más experiencia y que hayamos tenido menos cambios en la plantilla con respecto al año pasado es lo que ha hecho que el juego haya sido desigual», declaró el entrenador del Murillo.
El primer objetivo está cumplido y el juego fue bueno en las locales. «La gente ha disfrutado con el primer título del Murillo en Superliga y espero que eso haga que vengan a animar al Murillo porque, como pueblo, necesita mucho apoyo de la afición», afirmó. «Destacaría que, por momentos, hemos fallado muy poco. Insisto en esto porque un equipo que falla poco tiene mucho que ganar. Por momentos, hemos tenido un saque muy duro», analizó Carreño, candidato ya a ganarlo todo: «No, somos candidatos a darlo todo, a trabajar».
José Miguel Pérez, entrenador del Haro…
Perder entraba dentro de las posibilidades del entrenador del Haro Rioja Voley. Casi lo daba por hecho. «Hay que coger la parte positiva, el mío es un equipo inexperto. Sabíamos que son superiores pero necesitábamos coger experiencia», explicaba José Miguel Pérez al acabar el partido. A pesar de la derrota, su equipo dejó buena impresión y esa valoración era buena. «Tenemos que acumular todo lo que estamos trabajando. Así, a ver dónde estamos al final de temporada», advirtió el técnico azul, «las situaciones que han vivido las jugadoras en el campo nos tienen que servir para las próximas finales, si las jugamos». Sobre el prometedor arranque del encuentro, con un buen juego del Haro, Pérez defiende que «el Murillo, al principio, tenía dudas». Esas dudas desaparecieron pronto, como demuestra el marcador: «Son más expertas y tienen más técnica. Una por una son mejores que nosotros».
Después de haberlo ganado todo la pasada campaña, la derrota, y ante el Murillo, esa una sensación nueva en Haro. ¿Y cómo sienta?: «Sabemos lo que tenemos. Tenemos un equipo muy joven y hay que trabajar», explicó Pérez. «Espero que esta sea la última vez que yo digo que mi equipo es muy joven, es inexperto y nada más. Va a costar ensamblarlo y, cuando lleguemos a un nivel, también costará mantenerlo. Por tanto, paciencia», pidió José Miguel Pérez con templanza. El entrenador gijonés felicitó con deportividad a las jugadoras, técnicos y directiva del Murillo.