El entrenador del Haro Rioja Voley reconoce que, deportivamente,
a su equipo todavía le falta «un peldaño»

[Berdegué, a la derecha, durante el partido que el Haro jugó esta temporada en casa ante el Menorca.]

Llegó al Haro Rioja Voley desde su condición de seleccionador nacional juvenil para dirigir un proyecto que partía casi desde cero. Solo tres jugadoras renovadas y hasta ocho fichajes, aunque de ellos solo seis han permanecido en el equipo. Pese a las dificultades, el Haro ha cumplido el primer objetivo de la temporada, entrar en la Copa de la Reina. En la Superliga es cuarto, lugar que, por lógica, merece, pero aspira a más. Manuel Berdegué (Ceuta, 1963) confiesa que «la devaluación de la Superliga por la baja de tres equipos ha sido una tristeza, la afrontábamos con mucha ilusión». Aun así, la labor está siendo encomiable, la de Haro es una de las mejores defensas de Superliga.

–¿Qué valoración hace de la temporada hasta ahora?
–Haro es un equipo muy asentado, con un trabajo muy sensato. Hemos tenido mala suerte con los fichajes y nos hemos quedado con una plantilla muy corta. A pesar de todo, tenemos abiertos todos los frentes, nos hemos clasificado para la Copa y podemos entrar en el play off por el título, que es el objetivo. Deportivamente nos falta un peldaño, no acabamos de cerrar los partidos con los equipos de arriba.

–¿Hasta dónde cree que puede llegar el Haro en la Copa de la Reina?
–No me planteo más allá de los cuartos de final. Haro solo puede plantearse batallas a corto plazo, aunque estamos muy ilusionados ante el reto diario. Una competición como la Copa, con tres posibles partidos en un fin de semana, no es nada fácil para un equipo como el nuestro. Una lesión nos complicaría mucho la vida. Trabajamos con esa inquietud y no es sencillo. Pero, si Haro se lo cree, si se convence, vamos a ver qué ocurre… No descartamos nada, aunque tenemos pocas opciones.

–El Haro ha demostrado poder competir con los grandes pero también ser vulnerable ante los equipos pequeños. ¿Por qué?
–Estamos muy condicionados a nuestro nivel de saque y recepción, y a los errores del contrario, porque no tenemos un ataque contundente, no contamos de jugadoras que anoten muchos puntos, por eso debemos exigirnos un nivel alto de recepción. Si lo logramos, el equipo puede plantar cara a cualquiera. De lo contrario, somos vulgares.

–Parece haberse barajado incorporar a nuevas jugadoras, como Lucía Paraja y Milagros Collar. ¿Por qué no se han llegado a concretar estos fichajes?
–El club está dispuesto a fichar una jugadora que, económicamente, no sea cara. Yo soy partidario de que, si se trae algo, sea para mejorar el equipo, si no, debemos tomar esta temporada como un año de transición. No hay que hipotecarse por intentar lograr un quimérico resultado. Épocas de crisis como esta permiten jugar a las canteranas.

–Anímicamente, ¿cómo se encuentra la plantilla?
–Las jugadoras están ilusionadas. Algunas tienen mucha experiencia, saben que esta es una situación límite y que hay que dosificar el esfuerzo.

–Y usted, ¿está satisfecho con el trabajo realizado hasta ahora?
–Para mí, entrenar es un privilegio, y agradezco mucho a Haro que me llamara. Hubiera sido maravilloso contar con doce jugadoras, pero mi obligación es pensar y transmitir que mis jugadoras son las mejores. Si no me ilusiono yo, no puedo transmitir esa sensación. Tenemos que explotar nuestras bazas, el equipo está ahí, vivo.

–¿Firmaría ahora la renovación?
–Aún es pronto. El club ha hecho un esfuerzo económico. Yo estoy muy a gusto en Haro, con la estructura del club, con la gente… Para el mes de abril, cuando acabe la liga regular, podremos comenzar a plantearnos otro reto y cómo encauzarlo. Yo sí estaría dispuesto a seguir, me parece interesante, pero no depende solo de mí y eso lo respeto.