María José Garrido y Elena Esteban ostentan el mismo dorsal, el número 4, pero en dos equipos diferentes, el Haro Rioja Voley y el Nuchar Tramek Murillo. Son dos buenas amigas pero rivales en la cancha. En más de quince años de amistad, mañana sábado, por primera vez, se van a enfrentar en un partido como capitanas de sus respectivos equipos. La relación se fraguó hace quince años en Pontevedra, con las dos jugadoras convocadas en la Concentración Permanente de la Selección Española. «Siempre nos hemos llevado bien, tenemos un carácter parecido», explica Garrido.

     A pesar de la buena relación, Garrido y Esteban solo han compartido camiseta en Menorca, durante la temporada 2008-09, aunque se han enfrentado como rivales jugando la primera en Murcia, Benidorm, Albacete, Burgos y ahora Haro y la segunda en Granada, Burgos, Toledo, Menorca y ahora Murillo. «Elena es una de mis mejores amigas del voley», afirma Garrido. Y no es para menos, la Nochevieja del 2011 la pasó en casa de la familia Esteban, en Murillo de Río Leza, donde acudió también el pasado día de Año Nuevo. «En su casa me acogen como una más», asegura. No es difícil ver juntas a esas dos chicas de más de 1,80 metros ya sea en los partidos del Naturhouse, de compras por Logroño o de paseo por Vitoria, aunque, eso sí, «comentamos algo de nuestros equipos, pero no hablamos mucho de voley», dice Garrido.

     En el mundo del voleibol nacional, con una liga y unas plantillas tan reducidas, no es tan extraño que haya amigas disgregadas en varios equipos, a un lado y otro de la red. María José Garrido hace memoria y repasa la plantilla de Murillo: «Con Arkía jugué en Murcia, con Marisa en Benidorm y en Menorca viví con Yoraxi, que también es muy buena amiga mía». La agenda de Elena Esteban no es más corta, refiriéndose a sus rivales jarreras: «Con Rosalía jugué en Granada, con Meritxell juego a voley playa, con Noelia he coincidido en la Selección, donde he compartido habitación con Jéssica, y Esther siempre ha sido un ídolo para mí».

Rivalidad
Así es difícil explicar la rivalidad existente entre el Haro y el Murillo, el Real Madrid y el Barça de otra liga ‘bipolar’ como parece ser la actual de voleibol femenino. Sus capitanas, como Casillas y Xavi, son íntimas amigas. «No hay que pensar en eso, hay que jugar sin tensión porque lo demás no ayuda», afirma Esteban. «La rivalidad nos toca sufrirla, pero va al margen de nosotras. Es algo natural en un derbi y entre las dos mejores plantillas de Superliga», reflexiona Garrido.

     Como toda amistad, esta también tiene sus contras. Y es que desaparece cuando se pisa la cancha. «Vas a hacer tu trabajo lo mejor posible y, si sé un punto flaco de ella, lo aprovecho y se lo digo a mis compañeras. Igual que ella hará conmigo. Ni se nos pasa por la cabeza no atacar por un lado si ahí defiende una amiga», declara Esteban. Eso, aun cuando la amiga sea valiosa porque, según la líbero del Murillo, Garrido «es humilde y muy trabajadora, se necesita más gente así en el mundo del deporte». También en los malos momentos. Buen ejemplo en la final de la Copa de la Reina del pasado año. Garrido ganó, Esteban perdió. «Yo lo pasé mal, pero a la vez me alegré mucho por ella. Luego le mandé un mensaje de felicitación y me contestó muy rápido, casi disculpándose. Es difícil encontrarse estos detalles», afirma Esteban.