En la entrada de hoy nos gustaría acercaros la fase previa de preparación de una expedición, es decir, la parte que no se ve. Esa fase de entrenamiento y sacrificio que contribuye a que Alfredo afronte al 100% un ochomil. Con ayuda de su entrenador y médico personal, Alfredo prepara un calendario de entrenamiento que posteriormente lleva a cabo. Hoy os contaremos cómo se entrena y qué tipo de actividades realiza para mantenerse en forma de cara a un reto tan especial.
Este proceso se plantea a un año vista, y como en cualquier otro deporte de élite, se divide en dos partes esenciales: trabajo físico y entrenamiento puramente técnico. El primero se basa en la mejora de las cualidades físicas, fundamentalmente la resistencia y la fuerza; y el segundo en la mejora del conocimiento y manejo de los elementos técnicos de su deporte: escalada, esquí de travesía, etc.
Este año el entrenamiento diseñado para Alfredo se ha dividido en tres mesociclos de 15 semanas. El primero, se ha basado en la resistencia aeróbica (carrera, BTT o salida a la montaña). El segundo, ha hecho hincapié en la resistencia aerobico-anaeróbica y en la resistencia, incluyendo trabajo técnico de esquí y escalada. Y por último, el tercer mesocilo se ha fundamentado en el trabajo de acondicionamiento físico general en gimnasio, y específico en montaña y en altitud.
Los tres ciclos abarcan y sintetizan cada una de las habilidades y destrezas que la montaña exige en su ascensión. De esta forma, cuando Alfredo afronta el reto de comenzar dicha ascensión, ya lleva un año por delante trabajando los ejercicios específicos que le permiten la correcta ejecución de la subida.
De este modo, Alfredo soporta de 5 a 7 sesiones semanales de entrenamiento, llegando a las dos sesiones al día en períodos específicos de mayor intensidad.
Así es cómo un deportista de élite como Alfredo García se entrena para una expedición tan dura. Un año de esfuerzos, sudor y mucha preparación que tratan de culminar con una cumbre a ochomil metros.