Hoy le preguntaba a Wert sobre las intenciones del gobierno cuando reduce el presupuesto y la cuantía de las becas y ayudas a los estudiantes y sigue endureciendo los requisitos para poder acceder a las mismas. Al plantearla, defiendo el potencial que se pierde en este país cada vez que se le da un tajo a la igualdad de oportunidades. Y es que ese intento por restar importancia a estos recortes de la derecha no se sostiene. La educación es la garantía de la igualdad y del progreso colectivo de una nación. Cada vez que se empeoran las condiciones de las familias para que sus hijos estudien, el drama personal se torna en general, en drama completo de una sociedad.
Unas horas después, en mi pueblo, Bobadilla, se celebraba una comida de despedida de la escuela, una escuela rural, agrupada con otros pueblos, que ya no podrá abrir sus puertas el año que viene por falta de alumnos. Una escuela pequeña pública, un ejemplo de lo que quiere ser un país, cuando da educación de calidad a todos los ciudadanos vivan donde vivan, que genera oportunidades y sienta las bases de la mejora continua, de la superación constante, de la evolución permanente.
Hoy me pregunto qué hubiera sido de la mayoría de paisanos que han celebrado esa comida de despedida, entre los que me encuentro desde la distancia, sin esa escuela, sin esos maestros entregados y resistentes a la resignación por la falta de medios o de atenciones. O qué hubiera sido de todos esos paisanos sin las becas y las ayudas que después les sirvieron para seguir estudiando, para acceder a estudios superiores y a trabajos y responsabilidades sociales. Que distinta hubiera sido la historia sin esa escuela, sin esas becas.
Hoy cada vez hay menos becas, son peores y es más difícil acceder a ellas. Hoy ya no hay escuela en Bobadilla. Honremos su servicio, en verdad ya hoy sin misión por falta de chavales, y su legado peleando para que el sistema educativo público y las ayudas y las becas a las familias y a los estudiantes sean el emblema de una sociedad que no se resigna a ser peor, a retroceder, de una sociedad que quiere progresar ofreciendo las mismas oportunidades para todos.
Nos lo debemos a nosotros mismos y se lo debemos al país.