Vista desde el Léon Dormido. El valle del Ebro con niebla aparece en primer término y la Demanda y el San Lorenzo, al fondo.

No esperaba yo que la subida al León Dormido (1.245 metros) el pasado 26 de febrero me iba a brindar tanta satisfacción y tan buenas fotografías. Tan buenas, que al final que he decido hacer una triple entrega, cada una de ellas dedicada a una temática distinta. La de hoy viene a ser una explicación de la rutilla y una muestra de las bellas estampas que ofrece esta afilada cima situada a tan solo unos minutos de Logroño. Alguno dirá que el León Dormido no es La Rioja. Está bien, no lo es. Está enclavado en Navarra, pero los riojanos podemos reclamar cierta jurisdicción afectiva sobre un peñasco que divisamos desde el valle desde que nos levantamos hasta que se pone el sol. Su característico perfil ejerce de imán para muchos riojanos que se acercan hasta sus laderas en excursiones esporádicas, especialmente cuando nieva.

El que aquí suscribe lo hizo durante una mañana soleada, poco antes del amanecer, confiado en el beneficio que aporta la luz suave de las primeras horas de la mañana para fotografiar La Rioja a mis pies. Porque otra de las grandes satisfacciones que aporta esta cumbre son las grandes panorámicas de toda nuestra región. En un giro de 180 grados se divisa desde la Demanda hasta Yerga y el Moncayo, desde las vegas del Najerilla y Tirón, hasta las suaves ondulaciones de las comarcas de Calahorra y Alfaro. Se trata, en definitiva, de un promontorio ideal para entender a primera vista la geografía riojana. Pero el León Dormido puede concebirse también como uno de los vértices de una frontera climática, un contrafuerte pegado a la Sierra de Cantabria que impide que las influencias atlánticas se dejen notar con mayor fuerza en nuestra región. Basta con echar un vistazo al norte, hacia el País Vasco y Navarra, para comprobar que las nubes y la cubierta vegetal son bastante más abundantes.

Si eres de los que todavía no ha subido hasta su cumbre, debes saber que se puede alcanzar en una hora (algo más si se realizan paradas para disfrutar de las vistas) desde la localidad de Lapoblación. Se puede aparcar en el entorno de la iglesia, con una bella portada gótica, y tomar un camino que asciende por el norte de la localidad entre fincas y un bosquete de robles antes de convertirse en un sendero zigzagueante. Poco a poco irás ganando altura hasta llegar a un pequeño portillo con vistas a la vertiente norte antes de proseguir entre matas de boj y otros matorrales hasta ganar la cima. Lo primero que se divisa es el buzón, que reproduce un hacha clavada en un tronco. La cima es una pequeña explanada con esplendorosas vistas en cualquier dirección. Llama especialmente la atención la mole del San Lorenzo y sus cumbres secundarias cayendo hacia el valle del Ebro.

Link donde se puede descargar una ruta circular por el León Dormido: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1413888

Lapoblación en la Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Lapoblaci%C3%B3n

Link al segundo post sobre el León Dormido: https://blogs.larioja.com/ruta-de-escape/2011/3/15/leon-dormido-ii-amanece-la-rioja