Recuerdo cuando en 2005 leía en el magazine del vino británico DECANTER unas páginas con reseñas de vinos de la DOC Rioja de la añada excepcional del 2001. En general el o los expertos de la revista decían que los crianzas defraudaban, los reservas los encontraban en unos casos fabulosos y otros placenteros. En cualquier caso la realidad es que nuestros vinos, en un mercado tan importante como el del Reino Unido, los siguen considerando en un escalafón inferior a los de Burdeos o Borgoña pues hay que ver cada año cómo la misma revista publica artículos previos a la vendimia en esas regiones especulando sobre la misma, los resultados de las vinificaciones, las catas para fijar los precios de las cosechas que salen al mercado, la bondad por ejemplo de lo que será otra “cosecha del siglo” como la de 2009, etc.
Bueno, es un retraso histórico el que tenemos en La Rioja –en España en general- con respecto a esas zonas vitivinícolas en cuanto a la consideración, promoción y venta de nuestros vinos. Pero ya está bien. Hora va siendo ya de contrarrestar de modo directo, eficaz, ciertos tópicos que muchos vinos de la DOC Rioja ya han superado. ¿Cómo? Con una batería de medidas imaginativas que superen la clásica parafernalia promocional sin alma ni espíritu. Y en las cuales se utilice también al sumiller como lanzadera mediática, soporte promocional, elemento de enlace necesario entre el productor de origen y el consumidor final. Vamos, que lo que estoy pidiendo es que normalmente se nos consulte y se haga uso de nuestros conocimientos, nuestra experiencia y nuestra disposición.
El sumiller es el profesional que a pie de mesa en el restaurante, o en la barra del bar, o en la vinoteca, o en un periódico o revista, o en foros de internet, o en cursos de cata, da a conocer los vinos especialmente los de su región. El sumiller es el profesional ideal (que no es técnico, que no es comercial puro y duro sino que está de parte del cliente/consumidor final) prescriptor de opinión cuya labor así mismo es la divulgar, orientar, educar en el consumo y disfrute del vino, dar a conocer todas las facetas inherentes al mismo; y todo ello desde una perspectiva cultural y enológica, integradora y coherente, prestando la atención y el cuidado que necesita el servicio del vino y todo lo que lo rodea y que, a día de hoy, en la mayoría de las ocasiones (y son muchas por todos sitios) o se descuida o simplemente se ignora, pero que el consumidor, cada vez más “conisseur”, demanda.
SUMILLERES DE LA RIOJA
Aquí en La Rioja también hay sumilleres, por supuesto. Ya estamos organizados en la Asociación cultural de sumilleres de La Rioja y con el mejor ánimo vamos a sacar adelante un programa de actividades que sólo van a redundar en una mejor formación y capacitación profesional a la vez que en la oferta de servicios a la sociedad riojana, sin olvidar el apoyo a la promoción de los vinos de la DOC Rioja. Esperamos que definitivamente se nos tenga en cuenta y seamos utilizados para aquello que es nuestra profesión y nuestra afición: transmitir la cultura y el placer del sano disfrute que supone el vino.
Tengo que decir desde mi perspectiva profesional, a la que le asiste una larga experiencia, que esperemos se subsanen casos como el que para mí fue la gota que colmó el vaso: ver en la prensa fotos del Presidente del Gobierno de La Rioja junto a unas botellas de vino deficientemente abiertas y en copas mal servidas en uno de los eventos promocionales en Estados Unidos adonde se va a promocionar nuestros vinos y para lo cual se llevan a cocineros riojanos… y a ningún sumiller! ¿Por qué en tales casos no se invita siquiera a un sumiller que es quien realmente sabe de vinos y de todo lo concerniente a su prescripción y mejor servicio?
Ya deberíamos saber que en este mercado global en el que nos movemos no basta con ganar nuevos clientes, sino también consolidar los que se tienen. Labor de zapa, intensa y constante que, o se planifica con inteligencia y entusiasmo, o ya están los australianos y otros que se encargan de sobrepasarnos a velocidad de crucero. ¿Por qué –con fórmulas novedosas, alternativas, directas- no se trabaja en la promoción de los vinos de nuestra Comunidad con y para los profesionales del sector en destino, en contacto con el consumidor final? Y realizar esa labor con sentido y sensibilidad, enganchando/motivando al público receptor. (En esa dirección ya están trabajando bastantes bodegas de modo privado) Lo que digo es que se debería incidir en tal sentido pues en este mundo globalizado de gustos y preferencias inducidas, además de ser y estar, hay que ir por delante de los demás. Y tiene que llegar el día en que uno pueda abrir las guías especializadas británicas y americanas y poder leer tanto, tan igualitario y objetivo acerca de nuestros vinos como de los bordeleses u otros. (Bueno, lo que sería ya el éxito total es ver a los sumilleres riojanos hablando y dando a probar nuestros vinos en foros expansivos con proyección).
Si todo lo que he apuntado a quien competa considera que tiene sentido, que nos llame y hablaremos a ver si se pueden explorar vías que desarrollen estos temas. En ello estamos.