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A ojo de buen cubero

EL VINO   ¿ES MÁS QUE ALCOHOL?

Ya sabemos que el vino es el resultado de la fermentación por las levaduras del mosto de las uvas.  También sabemos que a ese producto resultante solo  puede llamarse vino cuando este contiene un cierto porcentaje de alcohol (dependiendo de las distintas zonas vinícolas mundiales donde se produce el vino) ¿Hemos de entender por tanto que el alcohol es el “espíritu” del vino, su componente más importante? Por supuesto que no.  Pero mira por donde, en un artículo publicado en The Conversation por el profesor de Astrofísica de la Universidad de Glasgow Alexander MacKinnon, este viene a decir algo realmente chocante por extraordinario: que el universo está nadando literalmente en alcohol.

Desde mi ya larga trayectoria después de más de 22 años de experiencia como sumiller, estudioso del mundo de los vinos y su apreciación sensorial, docente en cursos de cata de vinos –y últimamente wine educator  y anfitrión en wine tours desde  Exquisite Rioja- he constatado que, sí, el alcohol es la razón primera, lo que más atrae del vino (no en vano su ingesta incide directamente en nuestras rutas neuronales, propiciando que se expresen las llamadas hormonas del placer); sin embargo el verdadero disfrute del vino se experimenta cuando este se encuentra equilibrado en sus tres componentes principales que son: acidez, alcohol y fruta.

Claro, esto es así; pero todo en la vida es relativo; y más aún cuando se llega a entender que el alcohol (en su composición química) no es más que la sustancia de desecho que  las levaduras producen cuando están metabolizando los azúcares de las uvas.  El que ahora nos digan que el alcohol es una suerte de “polvo (mejor líquido) de estrellas” o constituyente notorio del cosmos… casi podría explicar por otra parte esa atracción que sentimos por el alcohol.

Vale, cada molécula de etanol contiene nueve átomos: uno de oxígeno, dos de carbono y seis de hidrógeno; pero el hecho de que estos elementos se encuentren en cantidades alucinantes en los espacios interestelares del universo… no quiere decir que este sea una desproporcionada destilería sideral.

No; lo curioso es que en el espacio interestelar, el gas -que se encuentra en ese medio exageradamente frío- es muy poco activo.  También se encuentra muy, muy disperso; por ello, las partículas atómicas digamos potencialmente “alcohólicas”  no tienen muchas oportunidades de interactuar, sin embargo parece ser que ciertas moléculas simples llegan a cohesionarse entre sí formando otra más complejas que eventualmente podrían generar alcohol (vamos, más o menos como sucede en el vino) aunque, por supuesto, ello sucede en espacios de tiempo larguísimos (a diferencia de cómo actúa el alcohol en nuestros organismos)

Moraleja del asunto: lo que uno viene diciendo hace tiempo, que ya estaba todo descubierto y que, sí, probablemente esa apetencia por el alcohol no deja de ser una suerte de “necesidad” de querer reconstituirnos en la sustancia primordial de donde provenimos.

Posdata. Dejaremos para otra ocasión hablar de cuál es el porcentaje idóneo de alcohol en la botella de vino para disfrutarlo extensamente sin que se suba a la cabeza.

Temas

Claves de vinos y apreciación sensorial

Sobre el autor

Sólida formación como docente en Cursos de Análisis Sensorial de vinos y otros productos agroalimentarios; dilatada experiencia en servicios de alta gastronomía; disfruta transmitiendo su pasión por el mundo del vino y su cultura. Desde 2001 colabora en ayudar a descubrir lo fascinante del uso de los sentidos para gozar plenamente del los vinos y gastronomía en La Rioja. Director de www.exquisiterioja.com


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