¿Catarsis colectiva? A España no se le permite de nuevo hospedar los Juegos Olímpicos. Pero en cambio tendremos un cosechón de uva en España en la presente campaña vendimiadora, pareándose con Francia e Italia. Además este otoño vendrá a La Rioja a valorar los vinos riojanos el catador de Parker para España que por primera vez es igualmente español.  ¿Se puede pedir más?

Se puede y se debe.  De aquí al 2020 hay tiempo suficiente para superar atavismos lastrantes, organizaciones -llamadas partidos políticos- putrefactas, posturas mentales anquilosadas y agoreras, chorizos que apestan de grasienta corrupción. Por tanto debemos exigir que el éxtasis por otro nuevo fracaso, que ahora embarga sentimientos por todo el país, devenga buena gestión de las emociones madrileñas y nacionales en aras de conseguir que los servicios y la imagen de España sean de verdadero disfrute para las personas que desde el resto del mundo vengan a visitar y a gozar de esta tierra agraciada y de sus productos excepcionales

En lo que nos ocupa –el mundo del vino y la gastronomía desde el punto de vista de las personas que consumen- mucho han mejorado las cosas desde Barcelona 92. Tanto, que bien podríamos decir que estamos en otra era.  Ha sobrevenido tal aluvión de grandes trabajadores y creadores con tan buenas noticias y tan suculentas realidades, que no podemos por menos que sentirnos confiados de que lo mejor está por llegar.

Estrictamente hablando de La Rioja y sus vinos, tenemos una certeza: nunca antes en nuestra historia vitivinícola se han elaborado tantos vinos y tan buenos. Y lo que es más: vinos maravillosos que en este tiempo se están produciendo son perfectamente asequibles para cualquier bolsillo. O sea, desde hoy hasta 2020 debería ser cada día una oportunidad de ofrecer al mundo toda la bondad de esta tierra y de sus vinos.  Vinos que  emocionan por sus prestaciones organolépticas, generadoras de placer sensorial, y que –si se quisiera por parte de quien corresponda- dar a probarlos  trasmitiendo  este mensaje debe ser algo de inexcusable realización.