El Círculo Logroñés se vistió de feria vinícola el pasado 24 de Abril para recibir a la flor y nata de las bodegas de la DOC Rioja, en una reunión para catar lo mejor de sus vinos. El encuentro fue todo un éxito, una fiesta de grandes vinos con un objetivo claro: recaudar fondos para el “Colegio Español de Jerusalen” en Palestina. Un colegio de niñas multiconfesionales dentro de un proyecto de alfabetización en donde los fondos llegarán desde La Rioja gracias a bodegueros que responden a la llamada, auspiciada por Pedro Rosales, que es el presidente de la ONG de Lardero “Kaipacha Inti”, y a partir de una idea original de Natalia Alvero –esposa de Rafael Palacios-.
Con esta iniciativa, en esa tierra estéril y gris de gentes convulsas llegarán a saber que, desde esta otra tierra preñada de color, de calor, de esperanza y de alegría de vivir gracias a sus vinos, otras personas saben propiciar también el dulce maridaje benéfico entre vino, ONG y solidaridad.
La cita –por causa tan noble- es verdad que resultó un privilegio para las personas asistentes: departir con los grandes hacedores de los vinos de la DOC Rioja, a la vez que degustaban sus grandísimos vinos. Grandes estrellas que ceden su luz creadora para que ilumine, ayude y asista en la cruda realidad que es la vida en esa parte del mundo. (Incluso los camareros de la cadena Pretur “donaron” su trabajo sirviendo en el evento). Rioja solidaria que enlaza valores propios con esos otros universales de entendimiento, ayuda y solidaridad.
Algunos vinos catados: R. 2014 y el encanto de la maceración carbónica con sus aromas explosivos, igual que Jarrarte 2014. Los grandes vinos de Carlos Sampedro, como su Pujanza, que es un prodigio de sabores y sutileza; o los de “Chus” Madrazo, maravillosos el Graciano 2010, Olivo 2011 y Garnacha 2012; o los de Marcos Eguren, tanto Puntido 2007 como Amancio 2006, verdaderos regalos para los sentidos. Los de Telmo, como Altos de Lanzaga 2006, que lo tiene todo. Finca Allende, Valenciso, Gómez Cruzado… en fin, todos.