Con motivo de la puesta de largo de la página web
http://www.sumilleresrioja.com/index.php de nuestra ASOCIACIÓN CULTURAL DE SUMILLERES DE LA RIOJA, que ha de servir como eje vehiculador y transmisor de noticias, contactos, sugerencias, inquietudes, etc. se me pide que escriba unas notas a modo de presentación de la misma.
Vale, pronunciemos esas tres palabras del encabezamiento. Y tratemos tres asuntos o temas que, como sumilleres y profesionales del sector servicios -además de como amantes del ejercicio de la apreciación sensorial- deberían estar en nuestro decálogo de principios personales y profesionales.
Compromiso es una palabra maravillosa, tan llena de significados y significantes que yo cada día tengo más en consideración. Nuestra profesión es de una abnegación y vocación de servicio innegables; y ello es duro y a menudo poco reconocido, sin embargo aún pienso que hemos de ir más allá y, a pesar de todo, ejercer un fuerte compromiso con nosotros mismos hacia nuestra profesión. Por eso pediría que no sólo nos quedemos con ser miembros de nuestra asociación de sumilleres sino que igualmente participemos activamente en reuniones, actividades, etc. Entregar y compartir nuestro tiempo libre, comprometernos en mejorar nuestras competencias profesionales y estar al día es el mejor favor que nos podemos (y podemos) hacer.
Emociones. Sin duda la parte -digamos más festiva- que más se nos considera como sumilleres es la de la cata. Se nos supone expertos en el arte de apreciar sensorialmente todos los productos agroalimentarios que se consumen. Eso está muy bien. Que podamos ayudar a clientes y consumidores a adquirir criterio a la hora de comprar y consumir tanto vino como otros productos. Pero particularmente entiendo que el enriquecimiento personal que supone poseer esas destrezas por las cuales nos volvemos más cultos y despiertos, a la vez que despertamos tantas emociones, solo mediante el ejercicio de la cata se consigue.
Y sentido. ¿Qué sentido puede tener la vida si no es el empeño constante de procesar toda la información que constantemente nos suministran nuestros sentidos? ¿Y qué sentido encontramos a nuestro trabajo si no es el de facilitar estrategias para un mejor y más sano disfrute, y hacerlo con la mejor disposición y entrega? Pues eso.