Unos problemas técnicos inesperados me han impedido colgar el audio de la rueda de prensa tras el Naturhouse-CAI. Y es una pena, porque merece la pena que lo escuchéis completo: el ejercicio de autoflagelación de Jota González tras la derrota es digno de oírse.
Espero que a lo largo del día esos problemas se solucionen y podáis oir a Jota poco menos que decir que se está pensando si dejar del equipo.
Jota González es casi un novato. A lo largo de los dos años anteriores de la liga Asobal ha aprendido muchas cosas, y este equipo, su configuración y su éxito deportivo le deben mucho. Sin embargo, hay algo que todavía no ha aprendido: a gestionar la frustración.
Jota debe aprender a perder. No digo a que le guste: sólo a aceptarlo. El Naturhouse, su Naturhouse, no juega como él quiere, al menos de momento. Tras la experiencia catastrófica del primer año y la del exitoso segundo, Jota debería haber aprendido que la realidad es tozuda, que los jugadores se equivocan, y que todo lleva tiempo y paciencia. Y que aunque su equipo sea bueno, lo normal es que ahora mismo, contra Valladolid o CAI, pierda al menos 8 de cada 10 partidos.
Jota debe aprender la virtud del optimismo. El año pasado, un poco más avanzada la temporada, el técnico tenían un estado de ánimo bastante similar al de ahora. Y era incomprensible, con su equipo haciendo la mejor temporada de su historia. Ahora, cuatro partidos tras el inicio de la liga, y tras haber caído con Valladolid y CAI (más de dos veces nuestro presupuesto, ambos) apuntarse a la teoría de la catástrofe no es bueno para nadie. Y menos que para nadie, para él. Para catastrofistas, ya hay otros.
Porque Jota debe aprender a ser criticado sin inmutarse. Ayer, en los comentarios a la crónica del partido , alguien decía que veía a Jota como un “chulo”. Lo cual, conociendo al personaje, viene a ser como decir que Aznar es comunista. Cada aficionado lleva dentro un entrenador, y algunos además tienen muy mala leche y muy poco conocimiento. Pero eso va con el cargo: las dudas, que sean propias o argumentadas. El resto ha de resbalarle a un entrenador de la Asobal.
A Jota, pues, le quedan horas de vuelo, y quizá tiempo para hacerse una coraza algo más dura de la que actualmente le cubre. Yo no tengo dudas de que este equipo puede jugar muy buen balonmano, y Jota tampoco debería tenerlas. La próxima vez, pues, le vendría bien un poco más de optimismo. Y contar hasta 10 antes de entrar en la sala de prensa.