Ayer por la noche hablaba con un compañero sobre el partido del Naturhouse. Ni él ni yo lo habíamos visto pero, como buenos periodistas deportivos (yo en activo, el ya ex) éramos perfectamente capaces de hablar sin tener ni idea. Vamos, que éramos capaces de hacer la crónica del Naturhouse-Ciudad Real sin haber asomado la nariz por el Palacio.
“El Naturhouse jugó bien”, hubiéramos escrito, “y aguantó hasta que, a falta de 15 minutos para el final, el Ciudad Real se escapó para acabar ganando con claridad”. ¿Nos hubiéramos desviado mucho? Según la crónicas que he leído, no. Vosotros me diréis, que lo visteis.
Es la cruz de los equipos medianos contra los grandes: lo difíciles no es aguantarles 45 minutos, que también. Lo realmente complicado es aguantar el ritmo depredador de los grandes durante 60 minutos. Ayer el Naturhouse no pudo; en realidad, no es más que lo que se esperaba, ¿no?